Gabriel Gamar
Bajo el manto dorado del crepúsculo
La vida despliega un manto de colores,
Que se funden en el horizonte cada día
En que nos obsequia un atardecer distinto.
Con un nuevo destello para cada mirada
Y en la quietud del momento el sol se rinde,
Entrelazando sueños y realidades
Provocando suspiros con besos y caricias
Que se van ocultando en el ocaso.
Cada atardecer es un lienzo nuevo
Es el epílogo para un nuevo comienzo
De una historia que se revela en acuarelas,
Con destellos en la playa donde el mar abraza
En sus olas que vienen y van como un regalo.
En la playa las parejas se abrazan ante el sol
Que se refleja en las aguas del mar profundo,
Mientras en la ciudad las luces se encienden
Y los edificios se ven a contraluz,
Cada atardecer es un cuadro que nunca se repite
Es una lección de vida que reconforta
Es un regalo de belleza compartida
Que cuando te das cuenta el sol ya se ocultó
Con la promesa de volver cuando amanezca.
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