Entre sueños de huesitos
y un mundo de pura calma,
Cofee y Maiky como angelitos,
roncan sin perder la calma.
La huesuda envidiosa
vio a los dos bien dormidos,
pensó: ¡Qué vida tan ociosa!
No los veo nada movidos.
Con su guadaña en la mano,
les dijo: ¡Levántense ya!
que en el camposanto lejano
podrán dormir de más.
Pero Cofee y Maiky roncaban
ni la muerte los iba a espantar,
a tal punto disfrutaban
que la parka decidió escapar.
Así, los dos cachorritos
quedaron en dulce reposo
y la muerte, sin más gritos,
se fue a buscar a otro coto.
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