Inicio POLÍTICA Carlos Coello, nuevo integrante de El Colegio Nacional   

Carlos Coello, nuevo integrante de El Colegio Nacional   

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  • Susana Lizano, presidenta en turno, brindó la salutación. Seguidamente, Eusebio Juaristi respondió la lección inaugural del muevo colegiado.  
  • “Quiero manifestar el beneplácito que mi ingreso a El Colegio Nacional ha producido en la comunidad de computación de nuestro país”, Carlos Coello Coello.  

Carlos A. Coello Coello cursó estudios de ingeniería civil en su natal Chiapas, pero luego de un sinuoso camino y búsqueda, hallaría su camino y vocación en las ciencias de la computación. Sus investigaciones y desarrollos tecnológicos en el campo de la optimización evolutiva multi-objetivo han tenido aplicaciones prácticas en Estados Unidos, Cuba y Japón. Esta noche ingresó a El Colegio Nacional como el primer científico computacional en representar esta disciplina en la corporación.  

Para la ocasión, preparó su lección inaugural, titulada «De las estructuras reticulares a los algoritmos evolutivos: mi largo camino de la ingeniería civil a las ciencias de la computación», texto al que dio lectura en una ceremonia realizada en el Aula Mayor de la institución y transmitido a través de las redes sociales. Lo acompañaron familiares, amigos, colegas miembros de El Colegio Nacional y público en general. La astrofísica Susana Lizano, presidente en turno de El Colegio Nacional, dio la bienvenida al nuevo integrante de la institución. Acto seguido, Eusebio Juaristi respondió a su lección inaugural.  

Al pronunciar su discurso, Coello Coello narró su trayectoria para convertirse en computólogo, la cual inició con dudas vocacionales. Posteriormente, ingresó a la Universidad Autónoma de Chiapas (UNACH) para estudiar ingeniería civil y, posteriormente, a la Universidad Tulane, Estados Unidos. Sin embargo, un regalo de su padre definió su vocación: una pequeña computadora Timex Sinclair que debía conectarse a un televisor. «Mi primer contacto con esta pequeña computadora despertó en mí una fascinación que me ha acompañado durante el resto de mi vida. Pero la programación fue el inicio del camino a la curiosidad por saber más sobre estas enigmáticas máquinas dentro de las cuales se ocultaban mundos maravillosos», contó.  

Posteriormente, su padre, a quien dedicó su ingreso, le obsequió otras computadoras. Con ellas aprendió a programar, de forma muy didáctica, en distintos lenguajes computacionales. «Me volví una molestia constante para mis profesores de la UNACH, pues siempre quería conocer las ecuaciones detrás de los métodos gráficos de solución que eran tan comunes en mis cursos de ingeniería civil de aquella época», recordó.  

Durante el acto, Coello Coello señaló que en 1991 aplicó para una beca en la Universidad Tulane, Estados Unidos, para estudiar ciencias de la computación y fue aceptado. Sin embargo, «en Tulane me hicieron ver que me habían aceptado por ser un buen estudiante de licenciatura, pero manifestaron que resultaría muy difícil para alguien con mi formación sobrevivir a los cursos de maestría en ciencias de la computación». Coello Coello contó que, en 1994, la optimización evolutiva multi-objetivo era una disciplina incipiente en la cual trabajaban muy pocos investigadores. Contó que su tesis doctoral fue apenas la quinta a nivel mundial, mientras que hoy en día existen más de 300.   

En 1996, Coello Coello defendió su tesis doctoral en la que decidió estudiar métodos híbridos entre los algoritmos evolutivos y los métodos de programación matemática. «Particularmente, me interesé en los algoritmos basados en un concepto conocido como el óptimo min-max, en el cual se minimizan distancias con respecto a ciertas soluciones de referencia que es imposible alcanzar durante el proceso de optimización multiobjetivo. Así nació mi interés por el diseño de nuevos algoritmos de optimización multiobjetivo basados en conceptos bioinspirados, que se convertiría en mi área principal de investigación», explicó.  

Coello Coello continuó su preparación académica en 1997 con una estancia posdoctoral en el Engineering Design Centre, ubicado en Plymouth, en el sur de Inglaterra. «Allí trabajé con Ian Parmee, que realizaba aplicaciones de los algoritmos bioinspirados (no solo evolutivos) en problemas de ingeniería del mundo real. Aunque por cuestiones personales solo pude permanecer unos meses en ese empleo, esa experiencia me resultó muy valiosa, pues me permitió reorientar mi trabajo hacia otro tema apasionante: el manejo de restricciones».  

A su regreso a México, trabajó en el Laboratorio Nacional de Informática Avanzada (LANIA) en Xalapa, Veracruz, y posteriormente ingresó al CINVESTAV-IPN, Zacatenco, institución donde ha vinculado la investigación y la docencia.  

«A lo largo de mi carrera, he tenido la oportunidad de realizar diversas contribuciones científicas que han tenido cierta relevancia a nivel internacional (en muchos casos de forma un tanto inesperada), pero me centraré en describir brevemente solo tres de ellas, evidentemente sin menoscabo de las otras».  

Entre las contribuciones que ha elaborado se encuentran un proyecto de computación evolutiva, una investigación sobre optimizadores basados en cúmulos de partículas y un estudio sobre la metaheurística bioinspirada de los sistemas inmunes artificiales.  

«Estas tres contribuciones reflejan de alguna manera los objetivos principales que he intentado seguir a lo largo de mis 27 años de carrera como científico. Me gusta ser disruptivo y desafiar aquello que los demás aceptan como dogma (porque aún la ciencia tiene dogmas) aunque eso me meta en problemas».  

Para finalizar su discurso, Coello Coello señaló: «Quiero manifestar el beneplácito que mi ingreso a El Colegio Nacional ha producido en la comunidad de computación de nuestro país, pues es evidente que, más que reconocer la labor de una sola persona, se reconoce a una disciplina que se ha vuelto fundamental para el desarrollo de la ciencia no solo en México sino en todo el mundo».  

Así, Coello Coello se incorpora al prestigioso grupo de 40 intelectuales que, con el lema de «Libertad por el saber», impulsan la ciencia, el arte y el humanismo; además, se convierte en el primer computólogo en representar las ciencias de la computación en este órgano colegiado.  

Salutación y respuesta   

La astrofísica Susana Lizano, presidenta en turno de este órgano colegiado, le dio la bienvenida a Carlos Coello Coello y destacó su experiencia en inteligencia artificial (IA), redes neuronales y aprendizaje profundo. «Los avances de estas áreas nos asombran y empiezan a preocuparnos. Por esta razón, en los próximos años será fundamental entender su papel en la vida y en el futuro del ser humano», agregó. Lizano concluyó su salutación destacando el impulso que Coello Coello le dará a El Colegio Nacional para participar más activamente en las reflexiones sobre estas tecnologías a nivel mundial y en la divulgación de estos temas en nuestro país.  

La lección inaugural de Coello Coello fue respondida por el químico Eusebio Juaristi, quien afirmó que con su ingreso El Colegio Nacional ratifica su compromiso de llevar al público mexicano los temas más contemporáneos de la cultura universal. «La experiencia del doctor Carlos Coello Coello le facilitará la integración de mancuernas y equipo de trabajo con otros colegiados en áreas como la física, la astronomía, la protección del medio ambiente, la fisiología, entre otras. Me permito desearle el mayor de los éxitos en las labores que emprenderá en esta nueva etapa», concluyó.  

Para culminar el acto protocolario, se entregó un diploma y un fistol al nuevo colegiado, como lo establecen los estatutos de El Colegio Nacional.  

Carlos A. Coello Coello, elegido miembro de El Colegio Nacional el pasado 9 de enero, es considerado un experto reconocido a nivel mundial en IA y temas relacionados. «En ese sentido, también somos afortunados de contar con un experto que promoverá el entendimiento y el desarrollo de este campo», afirmó Lizano.  

La ceremonia de ingreso a El Colegio Nacional de Carlos A. Coello Coello se encuentra disponible en las plataformas digitales de la institución.   

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