Atrapados en la angustia del encierro
nos aislamos para no enfermar,
mientras afuera unos mueren luchando por la vida
contra esta pandemia absurda que se resiste a terminar.
En los rostros se ven las miradas perdidas
observando el peligro o negando que ahí está,
evitando el contagio con un cubrebocas y
guardando distancia al estornudar.
Los reportes se llenan de datos terribles
la epidemia arremete, no tiene piedad,
la gente se enferma de un momento a otro
y los templos se cierran, no hay donde rezar.
Las escuelas vacías dan clases en línea
los parques sin niños extrañan sus risas,
las playas desiertas son solo un paisaje
y las tiendas sin clientes prefieren cerrar.
Los hospitales se llenan de dolor y de miedo
los pacientes mueren y los médicos también,
los difuntos se van solos, nadie asiste al funeral
y en las capillas obscuras despiden al que se va.
Atrapados en la angustia del encierro
recuperando la salud y el bienestar,
con el deseo de abrazarnos de nuevo
esperamos optimistas la nueva normalidad.
Es poeta, redactor y fotógrafo originario de Puebla, radicado en Coatzacoalcos, Veracruz. Ha escrito varios libros de poesía y narrativa como Archivo de Sueños, Corazón de Metal y El Lugar Común, así como el poema Viajar es Regresar.