Mauricio Carrera
Que no se rinda mi corazón al mandato injusto de olvidar a quienes ha amado con enjundia no siempre recompensada. Que mi alma no aspire a la tierra y sus lombrices y huesos roídos. Que mi cuerpo no se sacie de erotismo, gastronomía, vagabundeo. Que mis libros no permitan mantenerse cerrados por órdenes de puritanos y de dormidos en su ignorancia. Que mi hijo no autorice entrar la tristeza o la desesperanza en su larga vida.
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