Se acabó el tiempo, la Guardia Nacional, inicia sus tareas de lo que será el primer intento el inicio, pues, de la nueva estrategia del Gobierno Federal para la pacificación del país. Y así es, la masacre de Minatitlán, obligó al Presidente, Andrés Manuel López Obrador, a apresurar la puesta en marcha de esta fuerza de seguridad para iniciar el largo camino para devolver la tranquilidad a los mexicanos.
1,059 elementos de la Guardia Nacional arriban a la zona sur, perincipalmente, a Minatitlán pero las acciones se extenderán a Coatzacoalcos, Cosoleacaque y otras ciudades de la zona sur que están agobiadas con tanta delincuencia, muertes, secuestros, robos y asaltos de los que son víctimas los ciudadanos de esa región, tristemente famosa en el mundo por la masacre de Minatitlán.
El Presidente López Obrador, tomó la decisión de adelantar las operaciones de este grupo coordinado de fuerzas militares, ante el real peligro que representa la violencia e inseguridad en Veracruz, como primer mandatario hizo su compromiso y este último viernes determinó que la Guardia Nacional entre en operaciones, en la misma ciudad en que cayeron los 13 civiles asesinados por la delincuencia organizada.
La urgencia de la intervención de la Guardia Nacional, para detener el crimen, necesariamente obligó al Gobierno Federal a incorporarla como fuerza de pacificación, aún sin reglamentación y leyes secundarias y, mientras éstas se preparan y se publican, los protocolos que deberán respetar los efectivos de la guardia, son los que emanen del mando militar que tendrá la responsabilidad de resolver la inseguridad y violencia, con un estricto respeto a los derechos humanos y privilegiando la protección y seguridad de los veracruzanos.
Lo anterior representa un gran reto y enciende un foco de alerta a la sociedad, porque la misión de los militares es resolver la violencia, salvaguardar bienes, vidas, derechos humanos “cueste lo que cueste” y, en este aspecto, en ocasiones el uso de la fuerza letal, utilizada por los militares, en ocasiones pone en peligro la integridad física de los ciudadanos que pudieran ser víctimas de daños colaterales en los operativos y combate a los delincuentes.
Pero, llega el momento en que la Guardia Nacional con sus efectivos y sus estrategias militares, reciba el apoyo de la sociedad atendiendo todos los avisos y haciendo caso a cualquier indicación de los militares para evitar, en medida de lo posible, más daños en las tácticas de confrontación contra la delincuencia.
Sin duda el gran reto de la Guardia Nacional es devolver la tranquilidad a los ciudadanos, restablecer el estado de derecho y dar certeza a las instituciones de los tres niveles de gobierno en la medida en que disminuyan los homicidios, extorsiones, robos, secuestro, huachicol, trata, micro narco y otros delitos de alto impacto perpetrados por la delincuencia organizada.
Cabe mencionar, aunque no está totalmente claro, que las policías estatales y municipales estarán presentes en acciones coordinas con los militares y sí seguirán con la responsabilidad de perseguir y prevenir los delitos del fuero común y, que, con el anuncio que hizo el Secretario de Educación, los elementos de estas corporaciones serán capacitados y entrenados para hacerse cargo de la protección ciudadana e inhibir y acabar con la delincuencia común y asegurar la vida y bienes de la sociedad.
Caso aparte, requiere mencionar que otra de las instituciones que necesita, quizás, reforzar su presencia en el combate contra el crimen es la Fiscalía General del Estado, independientemente, de los conflictos políticos que pudiera tener con el gobierno del estado; a partir de este momento, las corporaciones de administración y procuración de justicia, deberán trabajar coordinadamente para dar resultados.
Obviamente todo tipo de suspicacias de relaciones peligrosas y complicidades entre el crimen y las autoridades y funcionarios que dieron protección ye impunidad, policías menores, quedará relegada si es que existieron, a ser practicas propiciadas por la corrupción y mal manejo de las entidades gubernamentales del pasado, insisto, si es que estuvieron o existieron.
La Guardia Nacional inicia otro capítulo de la historia del México negro, donde la sociedad de este país cree aún en la esperanza de que esta fuerza militar pueda traer paz al país, las consecuencias colaterales estarán latentes, porque siempre también históricamente la intervención del ejército en conflictos sociales y la mitigación de problemas sociales se ha caracterizado por acciones extremas en contra de la población civil, por el uso excesivo de la fuerza.
Sin embargo, en esta ocasión la Guardia Nacional enfrentará a criminales que han hecho de este país una desgracia en cuanto al número de desaparecidos, asesinados y deterioro en el tejido social de todas las ciudades en este país, sin mencionar los cementerios y fosas clandestinas.
La esperanza esta puesta en esta nueva corporación de seguridad que, innegable, cuenta con el apoyo de la sociedad que es la que más sufre por la violencia e inseguridad y que espera los resultados inmediatos urgentemente.
Obviamente los intelectuales, algunos colectivos y muchos políticos, además de unos cuantos comunicadores criticarán, en más de una ocasión, el uso de la fuerza, pero, así como han pedido, también, la intervención del Gobierno Federal, y dado cuenta de la magnitud de la violencia e inseguridad, deberán fijar posiciones objetivas en este combate en beneficio de este país.
Por consiguiente:
El tema de la seguridad está en la mesa y con ello el compromiso del presidente Andrés Manuel López Obrador, los diputados, senadores, gobernadores y todas las autoridades que nunca midieron la magnitud de la permisibilidad de los delitos federales causaran tanto daño y tanta muerte de mexicanos, ya no nos podemos echar para atrás, ahora nos toca estar con la Guardia Nacional, para bien o para mal.
Puente sumergido
Tssss, que como dice una cosa dice otra, tssss, cuál será la buena?