- Bajo la coordinación de Julia Carabias, Julio Frenk y Claudio Lomnitz, se inauguró la séptima edición del VII Encuentro Libertad por el Saber, ahora con el eje El mundo ante la encrucijada. La construcción de futuros posibles.
- Al dar la bienvenida, el presidente en turno de El Colegio Nacional, Christopher Domínguez Michael, recordó uno de los objetivos primordiales de la institución: “los miembros dedicamos nuestro tiempo y nuestra vocación a difundir los valores de la cultura y de la ciencia”.
- Para el colegiado José Sarukhán, ninguna generación antes de la nuestra ha tenido la cantidad y la calidad de información acerca de los que nos está pasando.
- “Hace mucho que abandoné la idea de la construcción de futuros; los militantes y la izquierda queríamos construir un futuro”, destacó Roger Bartra durante la mesa redonda.
Bajo el convencimiento de que El Colegio Nacional, en la vieja tradición hispánica, es una institución de libre enseñanza, “donde los miembros dedicamos nuestro tiempo y nuestra vocación a difundir los valores de la cultura y de la ciencia”, a decir de su presidente en turno, Christopher Domínguez Michael, se inauguró la séptima edición del Encuentro Libertad por el Saber:
El mundo ante la encrucijada. La construcción de mundos posibles.
“Y esta séptima edición del Encuentro concentra a la mayor parte de los miembros de la institución difundiendo sus saberes en una circunstancia: el mundo siempre está en una encrucijada, pero actualmente tenemos una guerra en Europa, una pandemia que no termina y el terrible desafío del cambio climático”, enfatizó el crítico literario al dar la bienvenida a este encuentro de saberes que reúne a especialistas tanto en ciencias de la salud como en físico-matemáticas o humanismo, “desde luego no sólo nosotros, sino quienes aceptaron generosamente la invitación a compartir en las mesas que se desarrollarán hasta el próximo sábado”.
De acuerdo con la doctora Julia Carabias, miembro de El Colegio Nacional y una de las organizadoras, la intención es reflexionar acerca del futuro desde distintas ópticas y diferentes generaciones, sobre todo con profundidad en lo ambiental, en lo social y en lo económico.
En el acto, Julio Frenk, también colegiado y coorganizador, se refirió a la necesidad de asomarnos al futuro, bajo la teoría de que, tras cada gran pandemia, se suelen venir transformaciones sociales, económicas, políticas y culturales: en algunos casos, las pandemias han sido las responsables directas de esos cambios, mientras en otros “han acelerado tendencias que ya venían desde antes”.
“Pero en todos los casos, las pandemias han creado un mundo diferente, han transformado el perfil de las sociedades que las propias pandemias construyeron y rompieron en todos sus aspectos. Todo nos indica que la pandemia por Covid-19 seguirá este mismo patrón histórico. Estamos ya muy cerca del final de la fase pandémica, no del final: el Covid seguirá siendo Covid-19, aunque estamos cerca de la parte final”.
En este mundo trastocado están a la vista la continuada crisis económica global, en las múltiples crisis ambientales que estamos experimentando, en la primera guerra en Europa en 75 años y, desde luego, en la persistencia de desigualdades, que son socioeconómicas, de género, entre grupos étnicos, entre naciones. Desigualdades que la pandemia puso de manifiesto y ahondó, por lo cual, nos “hemos llegado a plantear la idea de que no hay un futuro posible”, advirtió el doctor Frenk.
“Los futuros no ocurren, los futuros se construyen y por eso usamos el plural de los futuros; para ello, lo que nos proponemos hacer en esta semana de reflexión es profundizar el análisis de las disyuntivas que se abren en este momento a la humanidad entera: en este momento tan crítico de la historia de la propia humanidad, nuestra intención es identificar todo aquello que pudo haber sido trastocado por la pandemia”.
Con México como un punto de referencia, la perspectiva del Encuentro Libertad por el Saber será fundamentalmente mundial, a través de 17 mesas redondas y conferencias, además de conciertos, que habrán de desarrollarse hasta el próximo 22 de octubre.
Conocimiento y desafíos
Tras el acto de inauguración, la primera mesa del encuentro, bajo el título El futuro desde distintas miradas, coordinada por el colegiado Javier Garciadiego, contó con las reflexiones del biólogo José Sarukhán, miembro de El Colegio Nacional; la también bióloga Alicia Mastretta, catedrática asignada a la Comisión Nacional para el Conocimiento y Uso de la Biodiversidad (CONABIO); el economista Rolando Cordera, del Programa Universitario de Estudios del Desarrollo de la UNAM; y el antropólogo Roger Bartra, miembro de la Academia Mexicana de la Lengua.
Rolando Cordera recordó que, desde el siglo XIX, se desarrolló el término de ciencia lúgubre, en especial frente a ciertas profecías que anunciaban que, por la concupiscencia misma de la especie, la población iba a crecer mucho más que los alimentos y estábamos condenados a tener una hambruna tras otra.
“En la dinámica demográfica, al menos por un rato, eso fue superado relativamente pronto en el propio siglo XIX ante el avance de la ciencia y la tecnología, en particular en lo referente al cultivo de la tierra y a la explotación de lo que se consideraban tierras vírgenes en los Estados Unidos, en Argentina o en Australia, que salieron al paso de esa hambruna predicha”.
Desde la perspectiva del catedrático universitario, el inicio de lo que parece ser un gran punto de inflexión en la historia humana podría ubicarse entre 2008-2009, cuando se “rompe” una portentosa crisis financiera que hizo sonar las alarmas de todos, en particular de la más poderosa económica y militarmente, Estados Unidos, que actuaron con mucha precisión, si bien las economías crecieron todavía más desigualmente de lo que venía sucediendo.
“Algunas tardaron mucho en recuperarse, otras cayeron una vez más en la trampa ideológica y política de austeridad, convertida en una especie de utensilio en algunos países, hasta que llegamos a 2020 con la naturaleza y una caída económica espectacular, en el caso nuestro llegó a superar el ocho por ciento de caída, de lo cual resulta difícil decir que ya nos recuperamos: no nos mantuvimos en ese fondo, pero hemos salido con mucha lentitud y con mucha desigualdad, dentro de la desigualdad propia que nos caracteriza”, aseguró Rolando Cordera.
La evolución económica de México en los últimos 30 o 40 años ha sido socialmente insatisfactoria, aceptó el economista, porque no se han generado los empleos suficientes, bien pagados de calidad y seguridad “que una sociedad que se ha transformado mucho en lo que se refiere a sus formas de vida y a su tamaño reclamaría”.
Por su lado, el biólogo José Sarukhán, miembro de El Colegio Nacional, luego de reconocer los desafíos de aproximarse a un asunto complejo, en las condiciones en las que está inmersa la sociedad en la actualidad, “sin ser pesimistas, sino más bien realistas e informados”, advirtió que, ninguna generación antes de la nuestra ha tenido la cantidad y la calidad de información acerca de los que nos está pasando.
“En este planeta, y no nada más en la parte biológica y fisicoquímica del ambiente, sino en la social o en la ética, ninguna generación previa ha tenido la información que tenemos ahora y ninguna de las que vengan después van a tener el tiempo de actuar para evitar daños: lo estamos viendo a diario en la prensa y las noticias de los centenares de emigrados forzados por cambios climáticos, la cantidad de daños físicos humanos que se están dando, la descomposición social de la urdimbre de muchos países”.
Uno de los grandes retos, destacó el científico, es cómo lograr que mucha gente pueda obtener la información, quitando la basura que hay alrededor de todos los temas, aunque hay un camino que debe ser encabezado por quien cuente con las posibilidades, porque “si no lo hacemos a través de la acción social informada y activa, exigiendo en su entorno local nacional o global los cambios a la manera cómo se ha conducido el planeta, no vamos a tener una solución rápida y eso va a tomar tiempo”.
“No nos sentimos parte de ese sistema enormemente importante que es la naturaleza, de la cual somos producto y aquí hay un problema que hay que cambiar y no se cambia porque no hay instituciones educativas, no hay una universidad que lo enseñe, no importa si están en música o en filosofía: cada uno de nosotros somos el generador, voluntario o involuntario, de la problemática ambiental”, en palabras de Sarukhán.
Juventud y feminismo
La juventud, el ambientalismo, el feminismo y la interseccionalidad deben ser los cuatro “contrafuertes” que, a la manera de una ceiba, sostengan el futuro, consideró la científica Alicia Mastretta, miembro de la Conabio, durante la mesa de análisis El futuro desde distintas miradas en El Colegio Nacional.
“Yo tengo el gran defecto de ser optimista y por eso estoy convencida de que podemos crear esos contrafuertes, pero para crearlos realmente tienen que ocurrir una serie de cosas y tienen que ocurrir rápido”, afirmó. Mastretta comparó el futuro con el enorme árbol tropical, que sin enraizar profundamente bajo tierra se sostiene con raíces en forma de escuadra que salen del tronco hacía el suelo.
“Soy parte de la generación que nació en los 80 y principios de los 90, los millennials, la más vieja de las nuevas generaciones que crecimos con el internet y aunque normalmente se habla de nosotras con nuestra relación a la tecnología, para mí lo más importante es que somos también la primera generación en heredar la debacle ambiental, en nuestra infancia, el cambio climático, la pérdida de los ecosistemas ambientales, la extinción de las especies, el efecto de la contaminación; dejaron de discutir solamente en los ámbitos científicos y pasaron a ser una urgencia internacional que se discutiera entre la población en general”, dijo.
Mastretta lamentó que aun cuando se exige a las nuevas generaciones estudiar y prepararse, “de nada nos sirve tener a toda esa gente preparada con una conciencia ambiental, social y política si no estamos dispuestos a aceptar las herramientas y soluciones que están proponiendo”. Dijo que, de acuerdo con la ONU, sólo el 6 por ciento de los puestos legislativos están ocupados por menores de 35 años y que el promedio de edad son los 53, y lo mismo sucede en la academia.
La misma situación impera entre las mujeres, con quienes a pesar de que ha crecido el número de egresadas del nivel medio y superior, siguen estando amenazadas por la exclusión y el acoso: “No le podemos pedir a las mujeres que se preparen, que brillen y que hagan ciencia sino creamos a la par los espacios seguros y las estructuras para dejarnos trabajar”.
“No tenemos tiempo y aunque sí necesitamos recurrir al mejor conocimiento posible y prepararnos, también creo que ya es tiempo de que eduquemos de nuevo para transgredir y que creamos nuevos sistemas y nuevas estructuras, porque estos cambios no son cuestión de tiempo, son cuestión de que nos sentemos a hacerlo, o de que nos paremos”, consideró.
Para el sociólogo Roger Bartra, el panorama no es alentador. El integrante de la Academia Mexicana de la Lengua centró su reflexión en el futuro político que se vislumbra para México. Afirmó que el populismo nacionalista revolucionario que representa el presente gobierno, es una sombra que mantiene “amenazado” al país. Es, dijo, una “sombra cuyo perfil permite intuir un futuro negro”.
“Hace mucho que abandoné la idea de la construcción de futuros; los militantes y la izquierda queríamos construir un futuro y muchos acabamos horrorizados por el socialismo que había sido construido en nombre de los ideales marxistas, los sueños de construir futuros que terminaron en pesadillas (…) el tema propuesto para esta discusión, me parece un poco marchito en el mejor de los caos y amenazador si veo la peor opción”, dijo.
Bartra agregó: “Tanto a escala global como en las situaciones específicas en los diversos países, creo que aparecen dos grandes alternativas: la vía no democrática y potencialmente despótica, representada por China y Rusia, y la opción democrática representada por la Unión Europea y Estados Unidos”.
“No se trata de una disyuntiva entre dos sistemas económicos pues ambas opciones son capitalistas, sino de un dilema sobre el sistema político de representación, esta bifurcación aparece en formas peculiares en varias naciones en donde la alternativa autoritaria es encarnada por Bolsonaro en Brasil, con Erdogan en Turquía y por Orbán en Hungría”, a decir del antropólogo.
Para cerrar la primera sesión del encuentro se realizó el concierto Imagen y movimiento en obras audiovisuales y mixtas de nuestro tiempo, coordinado por la compositora Gabriela Ortiz, en el que se interpretaron piezas de la compositora finlandesa Kaija Saariaho y el portugués João Pedro Oliveira, así como de los artistas mexicanos Daniela Levy, Fernando García García, Edmar Soria y Kissel Bravo.
El programa contó con las percusiones del artista sonoro Diego Espinosa, el cual fue posible gracias a la colaboración de integrantes del Centro Mexicano para la Música y Artes Sonoras (CMMAS): Rodrigo Sigal, Daniel López, Tonalli Nakamura y Francisco Colasanto.
“La música, como la vida misma, vive un proceso de evolución constante; sin embargo, la creación de nuevas maneras de escuchar, la combinación de sonidos, la aparición de novedosos formatos se ha hecho presente a lo largo de la historia, con la participación de un elemento clave: la tecnología. Su uso ha tenido un impacto contundente en nuestra manera de relacionarnos con la música, desde su creación, interpretación y forma de escucha”, comentó la compositora, previo al concierto.
La primera sesión del Encuentro Libertad por el Saber, ahora con el eje El mundo ante la encrucijada. La construcción de mundos posibles, además del concierto de inauguración, Imagen y movimiento en obras audiovisuales y mixtas de nuestro tiempo, coordinado por Gabriela Ortiz, miembro de El Colegio Nacional, se encuentra disponible.