La entrevista de trabajo es el ritual mediante el cual el empleador conoce a sus candidatos. Aunque es posible que te hagan preguntas sobre temas relacionados con el puesto, hay otras que no deberían plantearte. ¿Cuáles son esas preguntas? Te lo explicamos.
Entendemos que los nervios pueden afectar durante una entrevista de trabajo, lo cual es completamente normal. Es un momento en el que los nervios, la incertidumbre y la oportunidad confluyen; saber cómo manejarte en esa situación puede marcar la diferencia entre avanzar o quedarte estancado en tu búsqueda de empleo.
¿QUÉ PREGUNTAS NO DEBERÍAN HACERTE EN UNA ENTREVISTA DE TRABAJO?
Las entrevistas laborales no son un campo de juego para que los reclutadores indaguen en cada rincón de tu vida personal. Aunque desean evaluar tu idoneidad para el puesto, existen límites legales y éticos. Las preguntas que no deberían hacerte incluyen:
• Edad: Solo podría ser una pregunta relevante si este dato es crucial para el puesto que estás solicitando.
• Información personal no relevante: Los reclutadores no deben preguntar sobre tu estado civil, orientación sexual, religión, nacionalidad, origen étnico o cualquier otra información personal que no esté directamente relacionada con el trabajo.
• Salud y discapacidades: No está permitido indagar acerca de tu estado de salud o posibles discapacidades antes de hacerte una oferta laboral. Si esto sucede y no eres seleccionado, podría interpretarse como una forma de discriminación.
• Planes de embarazo a corto o largo plazo: Los entrevistadores no tienen derecho a cuestionar sobre tu embarazo, tus intenciones futuras de tener descendencia o temas relacionados con la planificación familiar.
• Salario anterior: Un empleador no debería preguntar acerca de tu salario anterior. Es aceptable que te pregunte sobre tus expectativas de remuneración, pero no en las fases iniciales del proceso de selección.
¿QUÉ SON LAS PREGUNTAS TRAMPA EN UNA ENTREVISTA DE TRABAJO?
Creas o no, algunas preguntas en las entrevistas están diseñadas para sacarte de tu zona de confort. Estas son las preguntas trampa que podrían plantearte:
• Tus debilidades: Evita decir que eres perfeccionista; sé creativo y honesto en su lugar.
• ¿Por qué eres la mejor opción?: Aquí es donde debes “venderte” para el puesto.
• Fracasos y lecciones: Mostrar cómo has crecido es clave.
• Conflictos laborales: Las disputas son inevitables; a los reclutadores les interesa saber cómo has resuelto estos problemas.
• Razón de salida del empleo anterior: Sé honesto, pero discreto.
• Opiniones de ex compañeros: Evita convertir la entrevista en un drama.
¿QUÉ NO HACER EN UNA ENTREVISTA?
Es posible evitar varios errores comunes en un proceso de selección. Aunque sentir nervios es natural, hay ciertas acciones que definitivamente deberías evitar:
• Impuntualidad
• Atuendo incorrecto
• Ignorancia acerca de la empresa donde te encuentras
• Negatividad
• Falta de claridad en tus respuestas
• Desinterés
• Desobediencia
• Imprudencia en redes sociales
Cabe destacar que enviar un correo de agradecimiento después de la entrevista puede ser como el broche de oro para tu presentación y, en la mayoría de los casos, podría sumarte puntos.
