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Francisco Villa, figura legendaria que enriquece a la literatura

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Por Juan Carlos Castellanos C.

El caudillo revolucionario Francisco Villa, que nació un día como hoy en el año 1878, en Durango, ha tenido una presencia muy fuerte en las letras nacionales. “Ha sido figura legendaria, forjadora de una enorme atracción a la cual se le han señalado características contrapuestas”, aseguró el crítico literario, Geney Beltrán Félix.

En entrevista con Notimex, dijo sobre José Doroteo Arango Arámbula, históricamente identificado como Pancho Villa, que: “Hay unos aspectos negativos del personaje como la figura del bandolero salvaje, del hombre sin estudios que se dejaba llevar por sus bajas pasiones y que no tenía una conciencia histórica del movimiento que encabezaba”.

Por otro lado, dijo, «está la imagen heroica de un hombre valiente, entregado a una causa popular, que contrapesaba su falta de estudios con su don de gente: una capacidad para establecer vínculos inmediatos con la masa, un hombre generoso con los desvalidos y a quien sus virtudes habrían llevado a contrapesar suficientemente los aspectos negativos que se le pudieran señalar».

Geney Beltrán Félix, ensayista y traductor, añadió que habría que hablar de la vigorosa presencia de Francisco Villa en el corrido. “Al lado de Emiliano Zapata, Francisco Villa es el personaje más importante y más elocuentemente representado en la épica popular del corrido”.

En la compilación de Armando de María y Campos, “La Revolución Mexicana a través de los corridos populares”, se puede encontrar una gama muy amplia de cómo la voz popular ensalzaba incluso los actos más crueles de Villa como muestra de hombría y de valentía, comentó el entrevistado.

En el plano de la escritura literaria, la figura más importante de la narrativa de la Revolución Mexicana que representó a Francisco Villa fue el diplomático, escritor y periodista, Martín Luis Guzmán (Chihuahua, 1877-Ciudad de México, 1976), uno de los más destacados estilistas de las letras de nuestro país, dijo Beltrán.

Subrayó que podemos encontrar a Villa en varios episodios del libro “El águila y la serpiente” (1928), texto biográfico de Martín Luis Guzmán donde no sólo destaca los elevados poderes de la prosa que tenía ese autor, sino también de observación de un temperamento que muestra a ese “revolucionario ingenuo”, como le llamaba.

 “Memorias de Pancho Villa” (1954), también de Guzmán, es un libro más ambicioso que provocó una recepción dividida en el campo literario.

De acuerdo con el entrevistado, dentro de esta corriente de la narrativa de la Revolución Mexicana hay que mencionar también a Rafael Felipe Muñoz, académico y escritor mexicano (Chihuahua, 1899-Ciudad de México, 1972), y uno de los autores más emblemáticos de ese periodo, quien en su novela “Vámonos con Pancho Villa” (1931) reivindica los actos de valentía y bravura del revolucionario.

En su libro “Reflejos de la Revolución Mexicana en la novela” (1963), tesis con la que ese año obtuvo la Maestría en Letras con Mención Honorífica, la investigadora Helena Beristáin afirma que las imágenes contrapuestas de Francisco Villa en la representación literaria tienen qué ver sobre todo con el momento inmediatamente posterior al término del conflicto revolucionario, donde estaban en pugna las dos visiones, la del bandolero y la del héroe.

También es importante mencionar a una autora que a principios de la década de los años 30 da a conocer una compilación de relatos breves titulada “Cartucho” (1931). “Esa autora es Nellie Campobello (Francisca Ernestina Moya Luna, Durango, 1900-1986)”, dice Beltrán Félix.

“Si bien este libro no es estrictamente sobre Villa, sí es sobre el villismo y los villistas, los soldados de a pie, sobre quienes la figura del caudillo parece sobrevolar desde la fascinación y la inmediatez gracias a que el punto de vista desde el cual se narran las historias de los soldados villistas es el de una pequeña niñita, que desde la ventana de su casa en Parral, Chihuahua, se entera de las balaceras, los enfrentamientos y las atrocidades que uno y otro bando están perpetrando”.

Nellie Campobello también escribió un libro de interés menor, aunque sí de interés historiográfico, “Apuntes sobre la vida militar de Francisco Villa” (1940). “Es importante la presencia que tiene este movimiento en la obra de Campobello, porque tiene la intención de reivindicar una figura vilipendiada por la prensa del centro del país”.

Según el escritor, a este texto se le considera el testimonio más íntimo y familiar, donde se da una imagen más amplia de la gesta del villismo como un movimiento que abarca muchísimas personas, amigos y algunos intereses inconfesables.

Para cerrar sus comentarios, el especialista mencionó algunas referencias e imágenes sobre Villa en el libro “México Insurgente” (1914) del dirigente obrero, periodista y escritor norteamericano John Reed (1887-1920).

La otra, concluyó el entrevistado, es una novela de Armando Alanís (Monterrey, 1969) que se titula “Las lágrimas del centauro” (2010), “un acercamiento desde la ficción buscando los aspectos entrañables de ese personaje revolucionario”.

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