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La elección pondrá a prueba la credibilidad de las encuestas

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Ricardo Del Muro / Austral

Las encuestas y los sondeos se han convertido en armas estratégicas de la campaña presidencial, que en su última etapa muestra un incremento en el bombardeo obsesivo de cifras en los medios y las redes, utilizados por las candidatas y el candidato para anunciar cada quien su victoria.

Evidentemente, aunque suene a una verdad de Perogrullo, será hasta la noche del 2 de junio que podremos evaluar la credibilidad de todas las encuestas que en esta campaña electoral de 2024 se han publicado.

El promedio de encuestas que elabora el diario El País mantiene a Claudia Sheinbaum como principal candidata a ganar la presidencia de México, con el 56% del voto estimado, por delante de Xóchitl Gálvez (36%) y Jorge Álvarez Máynez (7%).

Sin embargo, hay una parte de la oposición convencida de que Xóchitl Gálvez ganará la elección y afirman que las encuestas no lo muestran porque son “patito”, es decir, están mal hechas o han sido inducidas.

Incluso, han desacreditado el reciente Simulacro Electoral Universitario, realizado el 7 de mayo en donde participaron más de 300 mil estudiantes, donde Sheinbaum obtuvo 65% de la votación, mientras Álvarez Máynez logró 22% y Gálvez 7.7%.

A este sondeo, se le enfrentó el Simulacro Electoral del Instituto Tecnológico Autónomo de México (ITAM), realizado el 14 de mayo, donde Gálvez ganó con 68.72% de la votación, mientras que Álvarez Máynez se mantuvo en segundo lugar, con 16.34% y Sheinbaum cayó hasta el tercer puesto con 11.58%.

Para analizar la credibilidad de las encuestas, Kiko Llaneras, periodista de datos de El País publicó un artículo el 8 de mayo, basado en un modelo de predicción, semejante al que el diario español ha usado en decenas de elecciones, incluidas las de México en 2018.

El modelo funciona en tres pasos que se detallan en la metodología: 1) se parte del promedio de encuestas; 2) se añade incertidumbre alrededor según el error histórico de los sondeos y el tiempo que falta hasta la votación; y 3) se simulan las elecciones 20 mil veces para asignar probabilidades de victoria.

Después de este proceso, la predicción de El País es que Claudia Sheinbaum tiene un 86% de opciones de victoria, por un 14% de su rival Xóchitl Gálvez.

En relación a los argumentos que esgrimen quienes están en contra de éstas encuestas, Viri Ríos escribió otro artículo en El País, donde analiza cinco de las principales objeciones: 1) Muchas personas no responden a los encuestadores cuando les tocan la puerta, por tanto, las encuestas no sirven; 2) La clase media y alta no responde a las encuestas, por tanto, las encuestas están subestimando el voto por Xóchitl.

Una tercera objeción señala que las encuestas mienten porque se venden al mejor postor; 4) Las encuestas no pueden predecir qué pasa el día de la elección porque la participación puede cambiar y 5) Las encuestas muestran que Sheinbaum tendrá más votos en 2024 de los que López Obrador tuvo en 2018, esto es ilógico y muestra que las encuestas están equivocadas.

La disparidad en las encuestas, donde hay una que le da 40 puntos de ventaja a Sheinbaum sobre Gálvez y otra que marca un empate, también llamó la atención del periodista Carlos Loret de Mola, quien escribió un artículo (14 de mayo) sobre qué dicen “los clásicos” en sus mediciones.

Por clásicos, Loret se refirió a quienes llevan publicado encuestas desde hace 20 años. Casi todos marcan una ventaja que ronda los 23 puntos a favor de Sheinbaum.

Aunque lo recomendable es leer el artículo completo que se publicó en El Universal y otros importantes medios, en su planteamiento central, sobre los puntos a favor de Sheinbaum, indicó: Mitofsky (Roy Campos) y Covarrubias dicen 29, Berumen e Indmerc 25, Reforma y Parametría 24, Buendía & Márquez traen 23, Alejandro Moreno en El Financiero pone 18, y GEA-ISA 17 en sus preferencias efectivas. Entre la más alta
y la más baja hay sólo doce puntos de diferencia. Esto quiere decir que 9 de las casas encuestadoras “clásicas” no están tan separadas como el concierto de todos los estudios de opinión.

Sólo dos “clásicas” se salen de este margen de 6 puntos alrededor de la ventaja de 23: Mendoza que tiene 31 y Demotecnia (De las Heras) con 37.

Y al igual que otros analistas políticos, Loret señaló que “el gremio de los encuestadores se está jugando mucho en este proceso electoral. Puede ser un parteaguas para la industria. Estarán publicando sus últimas “fotografías” dentro de un par de semanas. Y esas servirán para evaluar su desempeño y el papel político que irremediablemente jugaron en la narrativa de las campañas. Tienen una actividad profesional, una actividad económica y un nombre qué defender.

Será una más de las aristas a atender la noche del 2 de junio”.
En efecto, hasta el día de la elección, se comprobará la credibilidad de las encuestas. RDM

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