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Las avenidas rotas de una gran ciudad

Como es del conocimiento de la población, la actual administración municipal
recibió una ciudad devastada, prácticamente en ruinas, con una infraestructura
que ha sido muy difícil reconstruir.

En realidad, no hay presupuesto que alcance para realizar las reparaciones que
son urgentes y mucho menos para iniciar nuevas obras que cambien la fisonomía
de Coatzacoalcos.

Para donde quiera que uno vaya se encontrará con un semáforo descompuesto,
con un socavón, con banquetas rotas y con registros sin tapas. Dondequiera que
viva habrá fallas en el sistema de alumbrado público, fugas de agua y desabasto,
así como drenajes azolvados cuyos registros se desparraman de aguas negras
que corren por las guarniciones.

Ayer en la avenida Revolución casi esquina con Matamoros estuve a punto de
caer dentro de un registro cuya tapa está quebrada y cualquiera que la pise podría
romperse una pierna como me sucedió a mi y a otro peatón que estuvo a punto de
caer también en el mismo lugar.

Las calles están cerradas por dondequiera, porque se comenzaron a hacer obras
en distintos puntos de la ciudad sin poner señalamientos y los contratistas que
están desarrollando estas obras ya se han tardado más de la cuenta.
Es entendible, toda vez que había tantas cosas que reparar que no hubo tiempo
para hacer un plan bien organizado, para ocasionar los menores contratiempos
posibles a los automovilistas.

Del tema de los semáforos, ya mejor ni hablar, porque siguen descompuestos la
mayoría de estos aparatos que son tan viejos, que no hay manera de que
funcionen con solo cambiarles piezas. Lo que se requiere es un cambio de
semáforos, por unos más modernos y adecuados para que soporten los vientos
del norte que azotan con frecuencia a este puerto.

El gobierno municipal tiene mucho trabajo que hacer y tal vez no le de tiempo de
poner a funcionar bien esta ciudad llamada “de las grandes avenidas”. El alcalde
necesita que su gente le apoye y que se pongan a chambear con la camiseta bien
puesta, que para eso fueron contratados en las oficinas que encabezan.

Todo es cuestión de que salgan a caminar un poco por las calles de
Coatzacoalcos, para que constaten las condiciones en que están las banquetas, el

mal estado en que está el piso a la mitad del Paseo de las Escolleras, que es sin
la menor duda el mayor atractivo de este bello puerto del Golfo de México.
Mientras tanto, tenga usted cuidado al caminar por las banquetas o al circular en
su automóvil por las avenidas rotas de esta gran ciudad, capital de los complejos
petroquímicos.

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Es poeta, redactor y fotógrafo originario de Puebla, radicado en Coatzacoalcos, Veracruz. Ha escrito varios libros de poesía y narrativa como Archivo de Sueños, Corazón de Metal y El Lugar Común, así como el poema Viajar es Regresar. www.gabrielgamar.com

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