Por Gabriel Gamar
Tomar una decisión es navegar en mares inciertos
Donde el temor y la esperanza se entrelazan al viento,
Las lágrimas caen, saladas y sinceras
Como lluvias que limpian inciertas quimeras.
Las lágrimas trazan un sendero de valor
Son ríos que fluyen con angustia y fervor
Atraviesan el miedo, disipan la neblina
Y revelan el sendero con luz cristalina.
Cada gota es un grito, un susurro en la mente
Un reflejo del alma, un latido presente
No son solo tristeza, son fuerza en fragilidad
Son el eco de un alma que busca la felicidad.
Hay decisiones difíciles que te impone el destino
Y el miedo es un guardián, un aliado divino
Las lágrimas lavan, purifican la mirada
Y el alma renace con fe renovada.
Y así entre sollozos, la valentía despierta
Y el corazón valiente abre las puertas,
Porque en cada lágrima hay una esperanza
Un sueño posible de amor y confianza.
Sentir temor no es falta de valor, sino avanzar
Con lágrimas en los ojos, pero sin retroceder
Es sentir el miedo y aun así caminar,
Saborear la amargura y seguir si cesar.
Y al final, cuando el miedo se disipa
Y el horizonte se abre a una nueva vida
Las lágrimas se vuelven memorias
De un alma valiente que escribió su historia.
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