Así se llama la novela escrita por David Martín del Campo –Premio Mazatlán- de lo que ocurría por allá de los años cincuentas en Acapulco, Guerrero, y que se lee de forma irrefrenable por la frescura narrativa de este gran autor quien, por cierto, ha de suspirar como muchos en el mundo por la devastación del paso del huracán Otis en ese gran puerto del mar Pacífico.
Y agregarle unas más:
La que se vive en estos momentos allá y en la región circundante debido a vientos y lluvias que, como es muy bien sabido, causaron daños desde menores hasta tremendamente severos, muertes, heridos, dejan a muchas familias y personas en calidad de calle.
Es temporada de huracanes en el Caribe, en el Golfo y en el Pacífico, y vaya que han pegado fuerte desde el pasado mes de mayo y lo que falta hasta noviembre, que es el lapso.
La propia Comisión Nacional del Agua (Conagua) estimó precisamente en mayo anterior que el periodo de estos fenómenos meteorológicos estarán más activos en el Pacífico –de diez a 16- que en el Atlántico –unos cinco-, este año.
Y vaya que han afectado la zona noroeste del país, Guerrero, Michoacán, Jalisco, Colima, Nayarit, Sinaloa, Sonora, Baja California, pero como éste Otis ninguno.
Los huracanes recientes originan daños en infraestructura, núcleos poblacionales y paradójicamente agua en grandes cantidades en esas entidades que tanta falta hace, pero vaya que Otis lleva hasta ahora mano y de qué manera tan compleja.
Ahora viene el proceso de restitución, reconstrucción, lo que se pueda hacer en un mes y medio que comienzan las fiestas decembrinas y lo que se pueda restaurar para los vacacionistas, que de ellos depende en buena medida la economía de esa región de Guerrero.
Será un tremendo esfuerzo el que tendrán que hacer los gobiernos, empresarios, la sociedad en general, más lo que cada quien pueda contribuir si es posible.
De paso ojalá le entren muy en serio para restablecer otros daños colaterales, como son la tremenda inseguridad que ha asolado el puerto cuando menos en las últimas tres o cuatro décadas y otros factores como contaminación ambiental –basura que muchos tiran en todas partes- agua potable, infraestructura, delincuencia común y la organizada que ahogan a esa gran bahía.
Atraques
1. Otis se convirtió de tormenta tropical a huracán grado cinco en el paso de 12 horas y vaya que se fue directo a esa región. Muy triste lo ocurrido en colonias y zona hotelera. Ni qué decir de los saqueos, unos por necesidad de agua y alimentos y otros que se despacharon con la cuchara.
2. De nuevo la relevancia de los medios de comunicación, los periodistas, el enlace que hacen entre gobierno y sociedad, en estos casos de afectación en gran escala.
3. Ya inició la campaña nacional contra influenza y covid, así que los estratos sociales a los que está dirigida, a entrarle. Otoño e invierno en puerta.
Escritor y periodista