Según los expertos de Mayo Clinic, “el mieloma múltiple es un tipo de cáncer que se forma en un tipo de glóbulo blanco denominado ‘célula plasmática’. Las células plasmáticas sanas ayudan a combatir las infecciones mediante la fabricación de anticuerpos que reconocen y atacan a los gérmenes.
“En el mieloma múltiple, las células cancerosas se acumulan en la médula ósea y desplazan a las células sanguíneas sanas. En lugar de producir anticuerpos útiles, las células cancerosas producen proteínas anormales que pueden provocar complicaciones”, agregan desde el centro de salud estadounidense.
Si bien en Argentina no hay cifras oficiales actuales sobre la incidencia de casos de esta enfermedad, los datos de 2021 del Ministerio de Salud muestran que hubo 563 muertes. Días atrás, en un evento científico realizado en la Sociedad Argentina de Hematología, expertos destacaron los avances significativos en el manejo de este cuadro.
“Hoy contamos con opciones que permiten que un porcentaje elevado de pacientes alcance lo que se denomina ‘enfermedad mínima residual negativa’, que consiste en que -a través de técnicas de laboratorio sumamente precisas- no se hallen rastros de células enfermas dentro ni fuera de la médula ósea. Hoy sabemos que alcanzar esa meta y sostenerla en el tiempo se asocia con mejor pronóstico y más chances de lograr un control profundo a largo plazo”, explicó el doctor Ariel Corzo, médico hematólogo, staff y jefe de Consultorios Externos de Oncohematología del Hospital de Clínicas José de San Martín.
Durante el cónclave científico, organizado por Johnson & Johnson, reconocidos hematólogos aseguraron que el primer paso para el éxito terapéutico es diagnosticar a tiempo al paciente y tipificar adecuadamente su enfermedad.
En esa línea, la doctora Dorotea Fantl, consultora y staff de la Sección Hematología del Hospital Italiano de Buenos Aires, asesora de la Fundación Argentina de Mieloma y ex presidente de la Sociedad Argentina de Hematología, aportó: “Si el diagnóstico se da a tiempo, sospechándolo ante las primeras manifestaciones de la enfermedad, se habrá ganado tiempo valioso. También será vital determinar la genética del mieloma en ese paciente, para establecer su perfil de riesgo y, a partir de allí, comenzar a diseñar esquemas terapéuticos, consensuarlos con el paciente e iniciarlos sin demoras”.
“En el mieloma, un diagnóstico precoz evita la progresión con compromiso de órganos como el riñón y los huesos, evitando insuficiencia renal y fracturas óseas. Al hacer un diagnóstico temprano el tratamiento es más eficaz permitiendo reducir las complicaciones y mejorar la supervivencia”, amplió Fantl.
Y postuló que esta enfermedad suele manifestarse con síntomas como “dolor óseo, especialmente en la columna o en las costillas, algo que comúnmente conduce al diagnóstico en el 65% o 70% de los casos: el 75% de los pacientes tienen dos o más lesiones óseas al inicio del tratamiento”.
“Otros síntomas de consulta pueden ser el cansancio o la fatiga secundarios a la anemia. El compromiso renal al principio no causa ningún síntoma, pero los signos de daño renal se podrían notar en un análisis de sangre o de orina. Cuando se produce insuficiencia renal, los riñones pierden su capacidad de eliminar el exceso de sales, esto puede causar síntomas como edema de miembros inferiores y debilidad. Lo importante es consultar precozmente ante la aparición de signos o síntomas generales que puedan orientar al profesional a un diagnóstico precoz”, dijo Fantl.
DIAGNÓSTICO
El diagnóstico de mieloma múltiple requiere del estado de alerta de distintos profesionales de la salud. “Desde el técnico de laboratorio que puede detectar niveles alterados de proteínas, calcio o anemia en un estudio de sangre de rutina, pasando el especialista en diagnóstico por imágenes, que puede identificar lesiones óseas que le llamen la atención o el clínico o infectólogo que sospeche que infecciones a repetición podrían estar señalando una enfermedad oncohematológica. También es clave el rol del geriatra, que tiene una mirada integral de la salud de su paciente adulto mayor”, planteó Corzo.
Al tiempo que remarcó: “El diagnóstico temprano de la enfermedad es fundamental, ya que permite evitar que se extienda considerablemente o afecte a varios órganos, especialmente los riñones. La parte ósea es un tema crucial debido a la anemia, ya que muchos pacientes pueden necesitar transfusiones, sufrir fracturas óseas o experimentar deterioro de la función renal o insuficiencia renal, lo cual se convierte en una urgencia. Por lo tanto, la detección temprana nos proporciona la posibilidad de iniciar un tratamiento efectivo para prevenir daños en los órganos, los cuales pueden afectar significativamente la calidad de vida o causar secuelas incapacitantes”.
En tanto, uno de los factores de riesgo de desarrollar esta enfermedad es la edad. Desde Mayo Clinic apuntan que el riesgo “de padecer mieloma múltiple aumenta con la edad; la mayoría de las personas recibe un diagnóstico de mieloma múltiple a los 65 años”.
En ese sentido, Fantl describió: “Al ser una enfermedad de adultos mayores, estos suelen llegar a la consulta con otras comorbilidades, en ocasiones polimedicados, a veces en óptimo estado de salud, pero otras veces con determinados grados de fragilidad y/o pérdida de autonomía”.
El abordaje clínico de cada paciente, por lo tanto, es sumamente personalizado, considerando factores como la edad, el estado de salud, resultados de análisis de sangre y médula ósea, síntomas, tratamiento previo del mieloma y preferencias personales y de calidad de vida, entre otros. Existen diversos tipos de tratamiento, como por ejemplo quimioterapia, anticuerpos monoclonales, inmunoterapia y trasplante de médula ósea, que pueden indicarse solos o en combinación.
SÍNTOMAS
“Es importante considerar, en primer lugar, a pacientes, especialmente mayores de 60 años, que están siendo evaluados por anemia o dolores óseos. Es necesario tener en cuenta que estos síntomas pueden ser indicativos de mieloma múltiple u otra enfermedad relacionada. Tanto la anemia como el dolor óseo o el daño óseo deben ser investigados, ya que podrían estar asociados con el mieloma. Todos los médicos clínicos u otros profesionales de la salud que evalúen a un paciente con estos síntomas, deben considerar la posibilidad de mieloma múltiple y realizar todos los estudios necesarios, especialmente el estudio proteico, o derivar al paciente de manera temprana a un hematólogo”, sugirió Corzo.
El doctor Corzo, quien también es integrante de la Comisión Directiva del Grupo Latinoamericano de Mieloma Múltiple (GELAMM), detalló que la adherencia al tratamiento “puede verse desafiada por aspectos como la toxicidad del tratamiento, dificultades para trasladarse y acceder al centro donde se administra el tratamiento, el impacto en la actividad laboral y obstáculos en el acceso y la cobertura de la medicación, entre otros aspectos. Es importante considerar todas estas posibilidades y conversarlas con el paciente antes de indicar una terapia porque su cumplimiento es fundamental para alcanzar el objetivo terapéutico buscado”.
Mientras que Fantl aclaró: “Esta es una enfermedad en la que es frecuente que existan recaídas y se deba cambiar de terapia, por eso es auspicioso que siga habiendo innovación en mieloma y que sigan llegando al país medicaciones con distintos mecanismos de acción que pueden ser utilizados en distintas líneas de tratamiento, para diferentes etapas de la enfermedad y biomarcadores, de manera de seguir teniendo opciones cada vez que una terapia deja de hacer efecto en un paciente”.