Los sarcomas son un grupo heterogéneo de tumores en tejidos blandos del cuerpo.
Este 13 de julio se celebra el Día Internacional del Sarcoma con el fin de crear conciencia sobre este cáncer, uno de los que con mayor frecuencia afecta a niños, adolescentes o jóvenes.
En realidad, sarcoma es una categoría amplia que incluye un buen número de cánceres diferentes, por lo que supone un conjunto muy heterogéneo de casos con síntomas y cuadros diferenciados. Sin embargo, vamos a explorar las características más habituales de esta enfermedad.
¿Qué es el sarcoma?
El sarcoma es un tumor maligno (es decir, un cáncer) que se presenta en los tejidos blandos del cuerpo, como pueden ser los músculos, los vasos sanguíneos, el tejido conectivo, los vasos linfáticos, los nervios, los ligamentos o el tejido adiposo. Incluso, puede aparecer en los huesos (en cuyo caso se denomina sarcoma óseo), por lo que puede afectar a cualquier área del cuerpo.
Según su ubicación y el tipo de tejido concreto en el que surja, el sarcoma recibirá distintos nombres: por ejemplo, el angiosarcoma se forma a partir de las células de un vaso sanguíneo o linfático; el fibrosarcoma, a partir de fibroblastos; el leiomiosarcoma, a partir de tejido muscular; y el liposarcoma, a partir de células del tejido adiposo.
Aunque es uno de los que aparece más comúnmente entre los pacientes de cáncer de edades más tempranas, en personas mayores es un tipo raro de cáncer que no suma más del 1% de los casos.
¿Cuáles son sus causas?
Al tratarse de tumores malignos, su causa última está en una mutación que provoca la reproducción sin control de una masa de células. Respecto a qué desencadena este fenómeno no está del todo claro, aunque sí se han identificado algunos factores de riesgo como la exposición a la radiación, la extirpación de los ganglios linfáticos, determinadas enfermedades de origen genético y la exposición a ciertos agentes químicos, por ejemplo algunos presentes en determinados insecticidas.
¿Cuáles son sus síntomas?
Como ocurre con un gran número de cánceres, el sarcoma frecuentemente no produce síntomas en las primeras etapas de la enfermedad, y sólo empieza a mostrar signos en la fase de crecimiento. Dichos síntomas dependerán de la localización del tumor y de su tipo de tejido.
Así, cuando el sarcoma se produce en las extremidades, los síntomas más frecuentes incluyen hinchazón y tumefacción; mientras que si se produce en la cavidad abdominal, puede producir hemorragias y obstrucción intestinal.
¿Cómo se trata?
De nuevo, su tratamiento es similar al empleado en otros tumores, aunque en este caso tendrán que colaborar diferentes especialistas en función de la localización del sarcoma.
La primera opción suele ser el tratamiento quirúrgico, que suele ser exitoso si el tumor se encuentra en las primeras fases. A continuación, se opta por radioterapia, lo que puede reducir el tamaño de la masa tumoral en fases intermedias de su desarrollo permitiendo que sea operable y se puede emplear en algunas formas especialmente agresivas para prevenir la reocurrencia. Si se ha producido metástasis, la opción preferente pasa por la administración de tratamientos de quimioterapia.
Por otro lado, la inmunoterapia no está por ahora aceptada de forma general como tratamiento para el sarcoma debido a que las pruebas realizadas hasta el momento se consideran insuficientes, si bien se están llevando a cabo diversas investigaciones y ensayos clínicos en este sentido.
Tomado de: 20 Minutos
