Por Gabriel Gamar
Mi pasado se ha herrumbrado con la sal de tu recuerdo
todas mis esquinas tienen miedo de ti,
al mirarme en el espejo no estoy yo, sino tu sombra,
que sin piedad me persigue adonde voy.
Entrégame el valor de una caricia
devuélveme las sombras de mi infancia,
para poder sembrar mi propia huella
y vuelva a ser yo el del espejo.
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