Gabriel Gamar
En el horizonte se dibuja un sueño
Una tierra que nunca deja de esperar,
Pero el corazón guarda el más dulce empeño,
Y en susurros, el hogar empieza a recordar.
Lejos de las olas que besan la arena
Donde la brisa trae el eco familiar,
La distancia es un velo que nos enajena,
Y la nostalgia se deja sentir en el mar.
Las tardes en casa, con risa y con calma
Son recuerdos que el tiempo no puede borrar,
En cada rincón del centro del alma,
Se dibuja el anhelo de un día regresar.
La mesa está llena, la voz de la abuela
Los juegos en el patio, la fiesta en el jardín,
Son tesoros que el corazón desvela,
Mientras el cuerpo busca volver a su fin.
Cada mensaje y cada llamada es un puente
Que acorta el abismo que nos quiere separar,
Pero en cada palabra hay un latido presente
Que nos recuerda que juntos podemos estar.
La lejanía es dura, el frío más intenso
Pero el cariño no sabe de distancia o mar
Y en cada recuerdo, en cada comienzo,
Encontramos el camino para volver a amar.
Así, en cada amanecer, en cada sueño
El corazón se abraza a lo que quiso ser,
Y aunque el hogar quede allá a lo lejos
Siempre encontraremos un motivo para volver.
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