El conductor habló sobre su experiencia al sufrir un infarto que puso en riesgo su vida.
Hace unos días Ricardo Casares tuvo que ingresar de emergencia al hospital debido a que sufrió un infarto minutos antes de entrar al aire en “Venga la Alegría”. Afortunadamente, el conductor ya fue dado de alta y se encuentra en su casa.
Tras el fuerte susto que vivió, el periodista de espectáculos, Ricardo Casares hizo una transmisión con sus compañeros de “Venga la Alegría” en donde habló sobre el infarto que vivió hace una semana.
Además, señaló que mientras se trasladaba al hospital pensó que no llegaría a tiempo y moriría en el trayecto.
“Ha sido una semana, la más dura de toda mi vida. Hace una semana justamente me estaban operando, me estaban salvando la vida, ya me habían empezado a salvar la vida muchas personas (…), cuando salí de Televisión Azteca y vi el tráfico, pensé que me iba a morir, pensé que no íbamos a llegar”.
En la plática, Ricardo Casares mencionó que el dolor que sintió provocado por el infarto era muy fuerte y esto fue ocasionado porque se le rompió la piel del corazón.
“A mí se me rompió la piel del corazón y por eso el dolor era tan insoportable, hay gente a la que no le pasa eso”.
Ricardo Casares tuvo otras complicaciones tras el infarto
Ricardo Casares compartió con sus compañeros y el público que tuvo que quedarse unos días más en el hospital tras ser intervenido quirúrgicamente debido a que se presentaron otras complicaciones de salud.
El conductor explicó que estas complicaciones no pusieron en riesgo su vida, pero fue necesario estar bajo observación.
“Tuve un contratiempo con un trombo, una flebitis que me salió por una canalización, donde se salió el medicamento y el brazo se me inflamó muy fuerte, entonces es una trombosis en el brazo, una flebitis que no ponía en riesgo ni mi vida, ni mi brazo, pero tuve que estar un par de días aquí”.
Finalmente, Ricardo Casares reflexionó sobre ser un mejor ser humano después de haber vivido un episodio en el que estuvo entre la vida y la muerte.
“Siento una enorme responsabilidad de ser mejor, y no quiero que suene soberbio. Dejar un legado más importante a este mundo, a mis seres queridos a mis compañeros, a mi trabajo, a mi profesión, o sea siento una responsabilidad muy grande”.