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Adiós a Prospera



Uno de los más graves problemas que aquejan a México es sin la menor duda la POBREZA, que durante los últimos sexenios ha sido el que mayor atención ha recibido de parte del gobierno federal, que ha tratado de erradicarla mediante programas de inclusión social destinados a mejorar la calidad de vida de las familias, sobre todo en el campo donde vive el mayor número de pobres e indígenas.
Con la intención de abatir este mal social se creó en el sexenio de Carlos Salinas de Gortari el Programa Nacional de Solidaridad (PRONASOL) para hacer frente a los problemas vitales de las familias, toda vez que un gran número de mexicanos viven en pobreza extrema, no solamente en el campo sino también en las ciudades, porque sus necesidades básicas no están debidamente atendidas. Existen muchas deficiencias en nutrición, salud, educación, vivienda, ambiente, acceso a los servicios públicos y empleo. Por esto nació PRONASOL.
Posteriormente, el 8 de agosto de 1997 Ernesto Zedillo crea el Programa de Educación, Salud y Alimentación PROGRESA dirigido a 300 mil familias del sector rural, que para el 2002 ya atendían a 2.4 millones de familias.
Ese mismo año el presidente Vicente Fox le cambió de nombre por OPORTUNIDADES ampliando la cobertura a los 32 estados y apoyando a 4.2 millones de hogares. Las becas se ampliaron a educación media superior en distintos puntos del país.
En 2014 durante el gobierno de Enrique Peña Nieto, OPORTUNIDADES se transforma en PROSPERA, ampliando su cobertura tendiente a fomentar la productividad y la generación de ingresos, el bienestar económico, la inclusión financiera y laboral. La intención fue mejorar las condiciones de vida de las familias para que tuvieran igualdad de oportunidades. PROSPERA llegó a otorgar recursos a casi 7 millones de familias atendiendo la alimentación, salud y educación, complementando los apoyos a través de proyectos productivos, opciones laborales y servicios financieros.

¿Y LA POBREZA?
El perfeccionamiento de este tipo de programas sociales ayudó a combatir en gran medida la pobreza que campea por todos los rincones del país; sin embargo, aun todavía hay mucho por hacer para sacar de la pobreza extrema a millones de familias que no tienen ni para comer, mucho menos para tener una forma de vida digna o para educar a sus hijos.
El 43.6% de la población vive en alarmantes condiciones de pobreza, es decir 53.4 millones de personas en todo el país son pobres.
Es comprensible que desde que se comenzaron a promover este tipo de programas sociales, se hayan venido arrastrando una serie de errores y vicios, que cada gobierno ha tenido que corregir, perfeccionando los alcances y los métodos de aplicación de dichos programas.
Sin embargo, hoy los mexicanos recibimos la noticia de que PROSPERA, no nada más cambiará de nombre, sino que desaparecerá por completo, aún cuando ya tenían presupuestados más de 20 mil millones de pesos para 2019, menos de la mitad que recibía en el 2018 o sea 46 mil millones de pesos.
Ahora el gobierno de la 4ª Transformación elimina PROSPERA que dependía de la SEDESOL y en su lugar crean la “Coordinación Nacional de Becas para el Bienestar Benito Juárez” que dependerá de la SEP mediante la cual entregarán 800 pesos mensuales por familia para alumnos menores de 15 años de educación básica, la mitad de lo que recibían antes con PROSPERA que les daba alrededor de mil 500 pesos cada mes a las jefas de familia que cumplían con los requisitos establecidos.
Lo cierto es que, en vez de ir para adelante, iremos para atrás ¿Y la pobreza?: bien gracias, aunque hayan dicho que “pa’ atrás ni para agarrar impulso”. Bueno, ya nos estamos acostumbrando a que como dicen una cosa luego dicen otra.

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