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Delitos a plena luz del día

Los comercios, tanto pequeños como medianos y grandes, se han convertido en rehenes de la delincuencia organizada y común, que los tienen asolados con amenazas de extorsión, robos y asaltos, que en ocasiones dejan a su paso lesiones graves y hasta homicidios.

Lo mismo roban mercancías, insumos, bienes y dinero, incluso en el traslado de los artículos en carreteras poco vigiladas, que tienen en jaque a transportistas y distribuidores.

Ninguna región del país se encuentra a salvo de estos grupos delictivos, que agreden a los comerciantes, burlando a las corporaciones de seguridad que patrullan las calles en ciudades y pueblos. 

Esto ha llegado a despertar sospechosísimo, toda vez que las patrullas llegan al lugar donde se cometen los delitos a los pocos minutos, pero nunca llegan antes de que se cometan ni en el preciso momento. Se aparecen y acordonan el perímetro cuando ya no hay nada qué hacer y los responsables ya se dieron a la fuga.

REPUNTAN LOS ROBOS Y ASALTOS

Aun cuando según las estadísticas los estados de Sonora y Ciudad de México son donde se cometen el mayor número de este tipo de delitos, en el estado de Veracruz han repuntado los robos y asaltos, lo mismo en las poblaciones que en las carreteras, especialmente del sur de la entidad.

Baste como ejemplo que la semana pasada fue asesinado el reconocido sastre Francisco Paredes Zárate, por robarle a plena luz del día el poco dinero que tenía en su establecimiento en el mero centro de la ciudad de Coatzacoalcos. 

Las voces de indignación, tanto de comerciantes como de restauranteros y población en general, no se hicieron esperar y realizaron una protesta justo frente a la sastrería Paredes, exigiendo al gobierno reforzar la seguridad y dar con los responsables de este robo y artero asesinato.

Lo penoso es que tanto las autoridades estatales como las municipales, se tiran la bolita unos a otros, evadiendo la responsabilidad de proteger a la ciudadanía y reforzar las medidas de seguridad en casas y comercios.

Aun cuando el delito más frecuente es la extorsión y el cobro de piso, también han crecido el número de asaltos a mano armada y robos de mercancía, insumos y bienes.

Las modalidades para perpetrar las extorsiones son tan variadas, que los delincuentes logran sorprender a las personas que responden de buena fe, tanto vía telefónica, como vía correo electrónico e incluso por WhatsApp, mediante el hackeo de cuentas de amigos o contactos. Además del cobro de piso y las extorsiones con amenazas en la calle o en los establecimientos.

El descaro es tal, que los delincuentes operan a plena luz del día, sin temor a ser detenidos por las corporaciones policiacas, que o se hacen de la vista gorda o pecan de ineficientes. 

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