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El poder adquisitivo va en picada

El pasado mes de febrero el Índice Nacional de Precios al Consumidor (INPC) se
ubicó en 7.28 %. Según los analistas este es prácticamente el alza que se
esperaba, aun cuando los meses anteriores había ido en descenso.

Este es un aviso de lo que espera a los mexicanos durante lo que resta del año.
Los precios que más incidieron en la inflación son el gas doméstico LP, el pollo, el
limón y la carne de res entre otros alimentos de primera necesidad.

El limón tuvo un incremento mensual del 15%, el aguacate del 8.7%, el gas LP un
5.7%, aunque por el contrario bajaron de precio el chile poblano, el jitomate y el
tomate verde.

Estos datos alarman a los sectores financiero y económico, aun cuando partimos
de que el 2021 cerró con un 7.36% provocado principalmente por el aumento de
precios en alimentos y combustibles.

Es evidente que el estallamiento de la guerra entre Rusia y Ucrania ocasionó una
fuerte presión en los mercados, por lo que las materias primas se ubicarán al alza,
especialmente en los precios de los metales, granos y energéticos, lo mismo que
en los fertilizantes, lo que repercutirá en los precios de los productos
agropecuarios y en los combustibles.

Así que ya tenemos dos elementos a los cuales echarles la culpa, primero fue la
crisis provocada por la pandemia y ahora la invasión de los rusos a Ucrania, que
ha derivado en una auténtica guerra entre dos países vecinos. Además de que
está por comenzar la época de sequía que podría venir a darle en la torre al
campo mexicano.

Por otro lado, la tasa de interés del Banco de México subió al 6% como
consecuencia de la alta inflación, siendo ahora la segunda más alta en
Latinoamérica, por debajo de Brasil.

Así que por un lado hay un incremento en los precios y en las tasas de interés,
pero por el otro los trabajadores solamente recibieron un incremento nominal del
6.7 %, de manera que tienen que enfrentarse a una pérdida del poder adquisitivo
de -1.34%.

BUSCANDO SOLUCIONES
Estos incrementos han obligado a las familias a modificar y ajustar sus hábitos de
consumo, ya que los productos que más se acostumbran en la mesa de los
mexicanos se han encarecido. Estos productos son el aceite vegetal, el pollo, el

limón y la carne tanto de res como la de cerdo, además del aguacate y otras
frutas, incluso de temporada.

Se vislumbra que a falta de dinero y ante el alza de los precios, las amas de casa
tendrán que optar por comprar productos más baratos, aunque sean de menor
calidad que los de costumbre, lo cual repercutirá en la alimentación y la salud de
los niños y de las familias en general.

El temor es que para los próximos meses la inflación pudiera superar el 8% y que
ningún salario sea suficiente para hacer frente a los gastos básicos de
alimentación en una familia. Esto ya se está viendo, toda vez que a través de las
redes sociales nos llegan mensajes de amistades que están buscando una
actividad adicional, para completar sus ingresos y poder enfrentar esta escalada
de precios que parece imparable.

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