Las imágenes del incendio forestal que está devastando la región del Amazonas, parecen escenas de una de esas películas catastrofistas hollywoodenses. Las lengüetas de fuego avanzan convirtiendo en cenizas la selva virgen que está considerada como el pulmón más grande del mundo.
El tesoro ecológico de más de 5.5 millones de kilómetros cuadrados se encuentra bajo la amenaza de este siniestro que por días ha ido arrasando la región fronteriza entre Brasil y Bolivia.
La principal causa de esta deflagración es, según los expertos, el aumento de la tala de árboles y la deforestación que se ha dado durante la época de sequía, por la tendencia a abrir más tierras al pastoreo o distintos cultivos agrícolas.
Este incendio de incomparables proporciones que aún no se ha podido apagar en la región del Río Amazonas, ha provocado tensión mundial, sobre todo entre los países que tienen territorio en la región de la Amazonia como son Brasil, Colombia, Surinam, Venezuela y la Guyana Francesa (un departamento de ultramar de Francia).
El siniestro ha preocupado a los líderes del llamado G-7 que reunidos en Francia decidieron hacer una aportación de 22 millones de dólares para combatir los incendios. Esta decisión provocó un enfrentamiento entre el presidente de Francia Emmanuel Macron y el de Brasil Jair Bolsonaro, quien ha minimizado la catástrofe y ve moros con tranchete en esta oferta de asistencia, además de culpar sin tener prueba alguna a las ONG de ser los culpables del incendio.
Por otro lado, el pueblo brasileño se ha manifestado muy molesto por las políticas relajadas y la falta de controles ambientales de Jair Bolsonaro, al no dar la importancia debida a la preservación de la Amazonia y al control de los más de 80 mil incendios que se han presentado durante el año.
El plan de ayuda acordado por los países del G-7 ya está en marcha y contempla el envío de una flota aérea, donaciones para sofocar el fuego, además de los recursos para la reforestación que consideran la colaboración de las poblaciones locales y las ONG. Esta ayuda no es solamente para Brasil, sino para todos los países que son azotados por los incendios.
Por su parte, Israel ofreció el envío de un cargamento de sustancias químicas para retardar el avance de las llamas y poder sofocarlo. Y como para amarrase el dedo y enfrentar las fuertes críticas que ha recibido el presidente Bolsonaro, autorizó el uso de equipo militar para combatir los incendios, aun cuando se sabe que lanzar miles de litros desde un avión no es suficiente para sofocar el fuego.
¿POR QUÉ ES IMPRESCINIDIBLE EL AMAZONAS?
La región de la Amazonia es el asentamiento de cientos de pueblos indígenas, cientos de especies animales y miles de plantas, además de ser regulador del clima y la lluvia en el mundo, ayudando a minimizar el cambio climático por el almacenamiento de miles de toneladas de dióxido de carbono.
En el Amazonas las llamas de este incendio amenazan a 500 especies animales, entre las cuales hay 35 que están en peligro de extinción, porque solamente se encuentran en este sitio que es su hábitat.
Es tiempo de que los líderes de América Latina, especialmente aquellos que se han declarado abiertamente antiambientalistas como es Bolsonaro, se pongan las pilas y entiendan que la amenaza del calentamiento global no es un juego ni es ficción. Que llegó el momento de entender que aquellas tierras donde no hay selvas ni bosques, están en riesgo de convertirse en tierras áridas donde dejará de llover y se perderá la flora y la fauna. En consecuencia, la humanidad estará amenazada y el planeta en peligro de perder uno de sus pulmones más importantes e imprescindibles.
Es poeta, redactor y fotógrafo originario de Puebla, radicado en Coatzacoalcos, Veracruz. Ha escrito varios libros de poesía y narrativa como Archivo de Sueños, Corazón de Metal y El Lugar Común, así como el poema Viajar es Regresar.