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La otra crisis: los refugiados

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La mayoría se compone de mujeres, niños y personas de la tercera edad. Son los que sufren las penurias, los más vulnerables y quienes, además, en muchos casos van sin documentos.

El desplazamiento forzado de los ucranianos es otro efecto crítico que han dejado los ataques de Rusia hacia Ucrania. “La mayoría se compone de mujeres, niños y personas de la tercera edad”, señala Eduardo Rosales Herrera, académico de la FES Acatlán, y añade: “Hay que tomarlo en cuenta porque son los que sufren las penurias, los más vulnerables, ancianos, mujeres y niños, quienes, además, en muchos casos van sin documentos, y tenemos que decirlo responsablemente: ya hay una crisis humanitaria”.

Se viven “momentos muy complicados y somos testigos de una guerra multinivel: local, regional, de países colindantes y hasta mundial por la cuestión geopolítica. Vemos una guerra multidimensional: militar, mediática, tecnológica y económica. Hay terribles consecuencias por la parte militar y, dentro de ellas, además de las muertes, también está el fenómeno migratorio”.

Huir de la guerra

Los que huyen de la guerra en Ucrania tienen una categoría distinta a los migrantes que han salido de países africanos o de otras zonas de conflicto; incluso son distintos a los refugiados que salieron de Siria cuando sucedió la llamada primavera árabe en 2011.

El internacionalista explica las diferencias: “La migración se genera por muchas causas; por ejemplo, la que tenemos que va de Centroamérica a Estados Unidos es originada por una cuestión socioeconómica, por desempleo, violencia, criminalidad. Otro factor es el cambio climático y sus consecuencias, como la sequía, inundaciones y huracanes; y una más son los desplazados. Son quienes se mueven dentro de su país de origen por un conflicto; mientras los refugiados cruzan las fronteras huyendo de su país también por algún conflicto.

Fotos: Reuters.

Estas diferencias están determinadas en la Convención Sobre el Estatuto de los Refugiados, firmada en Suiza en 1951 y adoptada por los países miembros de la ONU desde 1954.

“La llegada intempestiva de refugiados, sobre todo a países europeos, tiene enormes implicaciones, tanto para los propios refugiados como para los países receptores, que se ven en necesidad de brindar servicios básicos, primeros auxilios, salud, comida, vivienda. Es un golpe para los países y para los refugiados, empezando porque no tienen documentos”, expresa el internacionalista.

De acuerdo con Rosales Herrera, hay más facilidades para los refugiados ucranianos en Europa que la que tuvieron los sirios y de otros países. “En la parte étnica existe más identificación, aunque hay un desafío lingüístico porque no se habla ucraniano ni ruso, y esto dificulta la integración… Debemos tomar en cuenta un elemento: la cuestión socioeconómica. Hay que destacar el nivel educativo, y que no reflejan los mismos índices de pobreza que tenían los desplazados y refugiados de la primavera árabe. Otra diferencia es que la mayoría de los refugiados de Ucrania se considera temporal, por lo que en cuanto cesen las hostilidades o se llegue a un acuerdo regresarían a su país; mientras que los otros buscaban algo definitivo. Aquí es temporal”, apunta.

Cuatro países receptores

Los ucranianos que buscan refugio se desplazan principalmente a cuatro países: Polonia, Eslovaquia, Hungría y Rumania. “Dos tienen una frontera más amplia: Polonia con 526 kilómetros y Rumania con 538. El primero es el país con más infraestructura y su gobierno ha dicho que puede recibir hasta cuatro millones de ucranianos, lo que representa poco menos de 10 por ciento de su población total, y de hecho ya ha recibido a 280 mil refugiados hasta el momento”, explica Rosales Herrera.

Una nueva cortina de hierro

Los países que formaban un bloque socialista y separaban a Occidente de Rusia fueron nombrados “cortina de hierro” después de la Segunda Guerra Mundial. Sobre si esta cortina se ha invertido, Rosales comenta: “Es interesante porque parece como si el Muro de Berlín, que cayó en noviembre de 1989, se hubiera movido a Ucrania, más específicamente a las provincias rebeldes de la región del Donbás, Donetsk y Lugansk. Luego de la caída del muro, Rusia perdió a muchos de sus aliados de la Europa oriental. Todos esos países que salieron de la esfera socialista y se fueron a la otrora Comunidad Económica Europea, ahora Unión Europea, salen del Pacto de Varsovia y se van paulatinamente a la OTAN. Lo que vemos es la pretensión de Rusia, que percibe a Estados Unidos débil, archiendeudado, fracturado, y trata de reformar las fronteras geopolíticas y rescatar territorios que considera rusos. Es importante aclarar que en años recientes Rusia ha cobrado importancia de la mano de China”, termina el académico.

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