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Las miradas desde el poder

Cualquier político o funcionario, en cualquiera de los ámbitos, por elección o designación, están sujetos, quiérase o no, al escrutinio público gracias a los medios de comunicación.

Suele perderse esta perspectiva porque las personas del poder actúan en
privado y en abierto: toman decisiones, resuelven problemas o necesidades
planean, se aprovechan muchas veces también de los cargos, establecen
relaciones siempre en su provecho y en quedar bien con sus pares y con los
de más arriba, sin privarse de la difusión colectiva.

Invocar al pueblo o a la sociedad por tal o cual medida que se toma es parte
de un discurso político que funciona aquí y en China, pues se parte de la
premisa que a ello se deben por encima de cualquier otro motivo, eso sí,
sujetos a las leyes que se han dado en función del beneficio general que se
supone procuran.

Vemos a nuestros políticos y altos funcionarios ahora comprometidos con un plan de gobierno encabezado por una figura cuasi venerada por todos, pues no hay frase que inicien sin anteponer el nombre de su máximo líder que incansable casi no duerme en velar por los intereses de las mayorías.
Muchas de su determinaciones –quiérase o no, de acuerdo o en desacuerdo-
están en función de esas mayorías, ya sabemos, despreciadas por los
antecesores que con más desatinos que tinos transitaron en las últimas
décadas.

Hasta ahí todo bien, el único pero es que el huésped del Palacio desoye hasta de sus incondicionales en lo que cree correcto en pos de su paso a la historia y sigue enfrascado en afrentas pasadas que han polarizado no al pueblo pero sí a algunos de sus integrantes que de una u otra manera tienen un peso en la opinión.

Ahora, a la mitad del régimen actual, uno espera que haya un auténtico
llamado a la unidad y puedan enfrentarse conjuntamente los grandes
pendientes de la actual situación, desde el empleo en primer lugar, el control inflacionario que pega ya en los bolsillos de mayorías y unas que otras minorías, la salud pública, derechos humanos, naturaleza y medio ambiente, la seguridad y la justicia, que tanto enarbolan en los discursos y acciones diarias.

Nuestro país está inmerso en una sociedad global y de paso es vecino de la
nación, más poderosa de la tierra, lo que implica, sí, aprovechar al máximo
las ventajas que ambas condiciones ofrecen más que los riesgos que
pudieran entrañar.

Ya lo veremos.
Atraques

  1. Se estima que hay dos millones de empleados domésticos en el país –
    95 por ciento mujeres- cuyos derechos esenciales tomarán forma, una
    vez que México firmó convenio con la Organización Internacional del
    Trabajo, vigente desde el sábado anterior.
  2. Vaya susto se llevó Pemex en la Sonda de Campeche la semana
    anterior, debido a una explosión en la línea submarina de la plataforma
    Ku-C. Nada que ver con el accidente del pozo Ixtoc en 1979, que se
    llevó casi ocho meses su control. Ahora fue un escape de gas de un
    ducto y pudo remediarse. Pemex seguirá siendo una fuente
    fundamental de ingresos en el país.
  3. Más de 50 mil centroamericanos están pidiendo asilo político a
    México, muchos de ellos asentados en los puntos fronterizos y diario
    llegan más y más deportados. Urge acelerar las políticas binacionales y conjuntar con las centroamericanas.
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