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Los peliculeros…

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Si hay algo que me resulte especialmente repulsivo, es el idiota que consigue tres menciones en los medios, saludado por abstracción humana como él y piensa que lo sabe todo y que puede convertirse en la conciencia moral de la nación.

Para no extendernos mucho, está el caso de la señora Del Castillo que tuvo un encuentro íntimo con El Chapo, cuyo resultado final fue desastroso y aprovechado por el gringo listo que la acompañaba.

Indudablemente el hoy residente en Estados Unidos no iba a dar algo a cambio de nada. Un mordisco al pastelito y el pastelito se convirtió en predicadora de la paz y vocera de Narcos cuates.

Tuvimos antes a varios faranduleros críticos de nuestra sociedad, que ya residentes en el norte, han expresado su alarma por la incultura popular, la decidía, la abulia y todo lo que nunca antes vieron cuando él los que formaban en las filas de esa masa llamada pueblo.

No vale la pena nombrarlos solo para inflarlos como sapos a pinto de tronar. Pero miren aquí a Damián Alcázar al que conocí cuando nos invitaron a participar en un programa de radio. De los tempraneros.

Me cayó bien el chaparrito, humilde, respetuoso y un poco asombrado del éxito de su debut, película que con indistinguibles matices ha replicado ante el aplauso general. En otra época, en otros ambientes políticos, la inicial hubiese sido beneficio y despedida.

Salimos del programa y propuse un desayuno. Acepto y fuimos a la cafetería de Reforma y Avenida de la Republica.

Era cliente casi cotidiano, así que nos atendieron bien. Una de las meseras, quizá la única que conocía la cinta, fue a saludar al incipiente actor.

De no sé dónde, saco un recorte que pronto se convirtió en decenas. Todo mundo querida el autografió del aun semiclandestino interprete

Para Alcázar fue la gloria. Ojos lagrimientos, sonrisa congelada y la incomodidad de todavía no saber cuál es la pose correcta.

Todavía entonces me simpatiza, a pesar de su escasa capacidad para responder preguntas simples.

Incultito, mucho pero un chaparrín que agrado a todos.

El tiempo pasa y poco a poco nos va encuerando del modesto aspirante a intérprete, tras larga conversación con el líder, fotos difundidas hasta en Conchinchina, ahora emerge el autor de Juicio radial. Condenatorio aunque buen a buen sólo firma lo que le dijeron.Los éxitos peliculeros ya no están a la mano, quizá su verdadero sino es la política…

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Periodista antediluviano, corresponsal en el exterior y reportero en méxico.

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