En esta temporada previa a los llamados días de muertos, se acostumbra a realizar reportajes y entrevistas con la gente sobre los precios de los productos que se consumen en Todos Santos e incluso en Halloween. Las respuestas son las esperadas, toda vez que la inflación sigue en ascenso y no perdonará a los productos de esta temporada. La mayoría de los entrevistados entre comerciantes y clientes, coinciden en que los precios de los artículos han subido de manera exagerada por lo que los disfraces de Halloween están entre 400 pesos para niños y más de 800 pesos para adultos; sin embargo, hay otros de mayor precio según la calidad de los materiales y los personajes de moda.
En relación a los altares los entrevistados declararon que este año las ofrendas estarán muy austeras, porque tanto frutas como bebidas están muy caras, así que los altares serán un remedo de lo que eran antes.
Este lunes leí un artículo muy acertado escrito por Joselyn Herrera en el periódico El Economista, “Inflación de miedo, celebrar el Día de Muertos será más caro”. Ilustran el citado artículo con una gráfica titulada “Más caro que nunca” refiriéndose a lo costoso que resultará este año esta celebración tan arraigada entre los mexicanos.
Lo más popular de la ofrenda son las veladoras, la comida y la bebida, el pan de muerto, las calaveritas de azúcar, el papel picado y el copal. La investigación realizada por la reportera señala que los incrementos son alarmantes, toda vez que las veladoras sufrirán un aumento del 79%, la comida, bebida y pan de muerto costarán 78.6 % más, las calaveritas 64.1%, el papel picado 63.8 % y el copal 31.1%
¿De dónde echarán mano los mexicanos para solventar estos gastos? Un 40% será con recursos propios, un 20 % lo tomarán de sus ahorros, un 20% de las tarjetas de crédito y el 20% de otras fuentes de ingresos.
Uno de los productos que más se consumen es la flor de cempasúchil que también estará más cara. El ramo chico costará 130 pesos, el grande 350 pesos, el arreglo chico costará 150 pesos y las coronas costarán 2 mil pesos. Las veladoras también han subido de precio y para las fiestas de muertos las grandes costarán 48 pesos, las medianas 24 pesos y las chicas 12 pesos. El pan de muerto y el papel picado costarán el doble que el año pasado, además de las frutas que se acostumbra a poner en la ofrenda y que han sufrido un incremento de casi un 10%. Por cierto, la cajita de pan de muerto que acostumbran vender en Sams y en otros supermercados está en casi 90 pesos.
ALTARES AUSTEROS
De tal manera que los altares ahora estarán muy austeros, tal vez con menos flores, menos veladoras y los platillos que se acostumbra a poner en el altar para los muertos será algo más conservador, sin tanto dispendio.
Siempre se acostumbra a arreglar y limpiar los panteones, cuyo costo será de 800 pesos el mantenimiento del panteón y 500 pesos el servicio de jardinería de los sepulcros. El incremento es del 42 % con respecto al año anterior.
Este año será más costoso que en años anteriores y todo por culpa de la inflación que está de miedo. Aun cuando los mexicanos somos tan dados a festejar a los muertos, llevando incluso hasta mariachis o grupos musicales a las tumbas, tal vez en esta ocasión los familiares llevarán su play list de Spotify, con las canciones que más le gustaban al muertito. La fiesta ya no será como de costumbre, ahora la escasez de recursos y el alza de precios nos obligará a ser más austeros, el misticismo será menos ostentoso, porque el poder adquisitivo ya no es tan poderoso como era antes.
Así que, para honrar a nuestros santos difuntos, habrá que hacerlo con la conciencia de que no podemos gastar tanto, haciendo gala de mayor creatividad, porque la inflación no perdona a nadie y nuestros santos difuntos sí nos perdonarán, aunque los tengamos que poner a dieta.
Poeta y articulista.
