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Resabios

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Resabios. Y si, voy con mis bilis de viejo resabiado al que no terminan de convencer las modernidades. Antes bien, piensa que en formas perversas han ido deshumanizado a los seres vivientes.

Muchos años los incipientes reporteros poníamos nuestra mirada en las casas de Protección Social. Una, enorme por colonia que bordeaba Tlalpan y la otra en la Plaza del Carmen, en pleno centro citadino.

Denunciábamos abusos, ladronerías pero especialmente la explotación de esos jóvenes que eran enviados a pedir limosna.

Una atención mayor se ponía en una organización auspiciada por las autoridades, donde en calidad de reclusas, las conocidas como Marías elaboraban hermosas muñecas de trapo. Allí mismo les alquilaban o imponían bebés también para pedir limosna.

Por las atestadas calles de colonias elegantes, Polanco Lomas, pululaban estas mujeres de mirada triste con el rebozo en cuya espalda siempre había un niñito dormido, totalmente drogado bajo el sol inclemente o la despiadada lluvia.

Denuncias iban, denuncias venían y bueno, muchas décadas después, veo ese doloroso espectáculo en Polanco. No hay que condolerse. Mientras existan perritos atados en una azotea.

Eso no sólo se denuncia. Se invocan leyes y reglamentos y sólo falta una ejecución pública, garrote vil, hoguera en Santo Domingo para ejemplo de los torturadores de animales, perros y gatos en particular.

Se aprovecha para exaltar las nobles características de los canes: fieles, cariosos, leales y festivos cuando se acercan al ente bípedo que explotan

Las obligaciones de los cánidos son simples, tragar, dormir, mover el rabo, pegar unos pocos Brincos con ladrido al canto. Y que el bípedo lo interprete como su comprensión se lo permita.

Los niños, en cambio, hay que darles la comida, limpiar sus excrecencias, soportar los berrinches y suelen enfermar por cualquier cosa. Preferible un perro.

Y LO DE HOY, DICE LA MODA EL EJEMPLO A SEGUIR, SON LOS PERROS MO LOS MOCOSOS…

Otra modernidad execrable. Cuando la comunicación entre seres humanos era directa, una felicitación, un mensaje de aprecio llevaba en las letras el alma del autor.

No sólo se cuidaban las expresiones sino además se refinaba la caligrafía. La ortografía era consecuencia del amor, quizá del odio contenido en la misiva.

Escribir una carta era un placer indescriptible. Mayor gozo no era .posible sino hasta el momento de recibir una respuesta. Pero…

Con las computadoras estamos dando muerte al arte de la comunicación humana. Personalmente me apesumbra la lluvia de felicidades, lo mejor para ti, que cumplas más, etcétera.

Pero si a esa falta de capacidad para mostrar o manifestar una Alegría, le agregamos los monos o emojis o como se llamen, el desastre total. Dos piquetes a las teclas y cumpliste.

Espero no presenciar el fin de la relación humana, sustituida por el bestialismo y la mecanización esto es, que la inteligencia artificial supla a la imaginación, la creatividad, el arte?

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Periodista antediluviano, corresponsal en el exterior y reportero en méxico.

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