La postura política de Ricardo Flores Magón estuvo determinada por sus lecturas anarquistas y socialistas, y fue en el anarquismo, movimiento político que abrazó a lo largo de su vida, donde encontraría el sustento de su pensamiento y acción.
En 1892, dieciséis años después de la primera ocasión en que Porfirio Díaz llegó a la presidencia de México, estudiantes de la Escuela Nacional Preparatoria llevaron a cabo una manifestación en contra de su relección, pues Díaz buscaba ocupar por tercera ocasión consecutiva la titularidad del Ejecutivo. Entre los manifestantes, que fueron hechos prisioneros en Palacio Nacional, se encontraba Ricardo Flores Magón1, quien para entonces tenía entre 19 y 20 años, joven edad en la que mostraba un profundo descontento e inconformidad ante la ya configurada maquinaria porfirista.
Ricardo Flores Magón, nacido en Eloxochitlán, Oaxaca, y cuyos padres fueron Margarita Magón y Teodoro Flores —quien desde su juventud luchó en diferentes guerras que marcaron el rumbo del país, como la intervención estadounidense en México y la Guerra de Reforma— llegó a la Ciudad de México a corta edad acompañado de su madre y sus hermanos Jesús y Enrique. En la capital acudió a la Escuela Nacional Primaria Superior Número 1 e hizo estudios en la Escuela Nacional Preparatoria para posteriormente ingresar a la Escuela Nacional de Jurisprudencia, en la cual permaneció solo tres años, pues la abandonó para concentrar sus energías en la lucha contra la dictadura.
Hoy por hoy Ricardo Flores Magón es considerado pieza clave de un movimiento que convulsionaría y transformaría la realidad social de México en el siglo XX. Sus ideas y activismo político fueron esenciales para hacer posible el estallido de un proceso de transformación nacional: la Revolución mexicana.
La postura política de Ricardo Flores Magón estuvo determinada por sus lecturas anarquistas y socialistas, y fue específicamente en el anarquismo, movimiento político que abrazó a lo largo de su vida, donde encontraría el sustento de su pensamiento y acción.
El propio Flores Magón describió al anarquismo con las siguientes palabras en un texto publicado en 1915: “El anarquismo no es un sistema de libertinaje, sino uno que, basado en la Ciencia, nos enseña que todos los seres humanos somos iguales, y por lo mismo, nadie tiene derecho de hacer que los demás le obedezcan, ni nadie tiene la obligación de obedecer, y esto no es libertinaje, esto es: justicia”2.
En dicho texto también puntualiza: “Entonces ¿a quién quiere dignificar el anarquismo, sino a los caídos? La anarquía quiere la igualdad, y ¿quiénes se benefician con la igualdad, si no son los caídos?”3.
Estas ideas, suficientemente sólidas en el pensamiento de Ricardo Flores Magón hacia 1915, fueron el impulso de su labor como partícipe del movimiento antirreeleccionista y como periodista. En 1893 vio la luz El Demócrata, periódico fundado por el pintor impresionista Joaquín Clausell y en el que Ricardo Flores Magón figuró como uno de los jóvenes editores; no obstante, dicha publicación fue cancelada, pues la censura era algo que ocurría habitualmente con las manifestaciones de oposición.
Asimismo, surgieron diversas publicaciones que mostraban posturas críticas hacia el gobierno, por lo que la labor periodística de Flores Magón no culminó con la persecución política de la que fue objeto el fundador de El Demócrata, pues Ricardo también se unió a las filas de El Universal y de las revistas estudiantiles El Ideal y El Azote.
Sin embargo, fue su participación como fundador y escritor en Regeneración lo que haría del pensamiento de Ricardo Flores Magón un germen de la Revolución mexicana. El primer número de este periódico apareció el 7 de agosto de 1900 bajo el lema “Periódico jurídico independiente” y sus editores y cofundadores fueron Enrique Flores Magón y Antonio Horcasitas. Posteriormente, Ricardo Flores Magón pasaría a ser editor, y a finales de ese mismo año el lema de la publicación cambiaría a “Periódico independiente de combate”.
Pronto Regeneración se convirtió en el detonante de las primeras acciones en masa de los trabajadores en México, por ello ha sido considerado como la “antorcha gigantesca que prendió el fuego de la Revolución”4. Pues, a diferencia de otros medios, este periódico no se limitó a consignar noticias o hechos, sino que plasmó y defendió ideas y principios hasta convertirse en una herramienta de difusión, pero también en una fuente de ánimos para las más variadas causas cuyos esfuerzos coincidían en hacer frente a los atropellos e injusticias del régimen porfirista5.
Los textos de Ricardo Flores Magón en Regeneración se centraron en atacar a funcionarios públicos, y denunciar las irregularidades del sistema. Pronto la forma en la que escribía Ricardo Flores Magón y los temas abordados en Regeneración llamaron la atención de jóvenes y de diversas agrupaciones políticas preocupadas por el futuro de la democracia, pero también llamó la atención del poder, que no tardó en ejercer sus fuerzas para censurar este periódico.
En mayo de 1901, Ricardo y su hermano Enrique fueron encarcelados tras ser acusados de difamación; además, Ricardo Flores Magón había participado en el Primer Congreso de Clubes Liberales llevado a cabo ese mismo año en San Luis Potosí, en donde pronunció un discurso en el que calificó a la administración de Porfirio Díaz como “madriguera de bandidos»6.
Sobre la persecución de Porfirio Díaz a la prensa y el valor de esta en una sociedad democrática, Ricardo Flores Magón publicó un texto desde prisión en el que señaló al entonces presidente de ser un opresor y tachó de “verdugos de hombres libres” a los jueces que accedían a encarcelar inocentes a cambio de dinero7.
Tras abandonar la prisión en 1902, Ricardo y su hermano Enrique arrendaron El Hijo del Ahuizote, publicación creada por Daniel Cabrera a finales del siglo XIX y que se convirtió en la nueva trinchera de los hermanos Magón; bajo su edición el periódico alcanzó gran popularidad y se caracterizó por sus caricaturas satíricas. En esa época, Ricardo Flores Magón fue hecho prisionero al lado de su hermano tras publicar un artículo en el que se criticaba a Bernardo Reyes, por lo que el periódico suspendió su publicación y la retomó en 1903 cuando los Flores Magón salieron de prisión.
El 5 de febrero de ese mismo año, Ricardo Flores Magón al lado de Federico Pérez Fernández, Antonio Díaz Soto y Gama, Rosalío Bustamante, Tomás Sarabia, Enrique Flores Magón y otros opositores a la dictadura aparecieron en el balcón del edificio donde se editaba El Hijo del Ahuizote acompañados de una manta que enunciaba “La Constitución ha muerto”, tres días después Ricardo publicó en las páginas del periódico un artículo en el que argumentaba el uso de dicha frase: «Protestamos solemnemente contra los asesinos de ella, que como escarnio sangriento al pueblo que han vejado, celebran este día con muestras de regocijo y satisfacción»8.
De nueva cuenta, unos meses después Flores Magón fue hecho prisionero y tras ser liberado en junio de 1903 decidió exiliarse en Estados Unidos, pues le era imposible trabajar en México debido a un decreto que señalaba que cualquier periódico que publicara sus escritos sería sujeto a proceso judicial. En 1904 Regeneración retomó sus actividades, pero esta vez desde San Antonio Texas, para posteriormente establecerse en Saint Louis, Missouri.
Ricardo Flores Magón creyó que en Estados Unidos encontraría una mayor libertad para continuar con su trabajo periodístico; sin embargo, no halló la ansiada libertad, pues el poder porfirista lo seguía a donde iba. Fue a prisión en múltiples ocasiones y fue acusado de difamación, conspiración y de violar las leyes de neutralidad9.
Regeneración, que había suspendido y reiniciado su publicación en varias ocasiones, no solo se había convertido en un problema para el gobierno de Porfirio Díaz, que buscó evitar que el periódico se distribuyera desde Estados Unidos a México, sino que también lo fue para el gobierno de Francisco I. Madero, a quien Ricardo Flores Magón acusó de traidor y calificó como “lobo (que) se ha despojado de la piel de oveja y ha mostrado los colmillos y las garras10.
Finalmente, en 1918 Ricardo fue encarcelado por el gobierno de Estados Unidos tras publicar un manifiesto dirigido a los anarquistas alrededor del mundo; primero fue llevado a una prisión de Washington y posteriormente fue trasladado al Fuerte de Leavenworth, lugar en el que permanecería hasta su muerte en 1922.
Ricardo Flores Magón nunca abandonó su labor en la prensa, incluso en los momentos más drásticos de su vida, pues para él la prensa fue una forma de disidencia, un espacio de lucha y una forma de pugnar el poder, pero sobre todo representaba la luz en medio de un mundo de sombras creado por la injusticia, el abuso y el despotismo de un régimen que se creía absoluto y que se presentaba como la única forma posible de ejercer el poder.
“La prensa es luz, cuando se enciende en plena orgía de despotismo para sorprender a los opresores y mostrarlos al pueblo tal cual son: débiles y vulgares, sin esa aureola de divinidad que las turbas ignaras pretenden encontrar en cada tirano”, señaló Ricardo Flores Magón en 1906 en su texto “La prensa”, publicado en El Colmillo Público bajo el seudónimo de Anakréon.
En dicho texto, Flores Magón señala la función de la prensa: “Entonces, la prensa educa, hace que la virilidad despierte en los sumisos y ante el contraste del áspero infortunio de los de abajo y la holganza llena de goces de los de arriba, se despierta el ansia de un medio de mayor justicia que al chocar con los intereses creados por los privilegios se resuelve en lucha civilizadora y fecunda, generadora de progreso y de bienestar”.
1. Cfr. Turner, Ethel Duffy. Ricardo Flores Magón y el Partido Liberal Mexicano. Traducción de Eduardo Limón G, Morelia, Mich.: Editorial Erandi del Gobierno del Estado, 1960, p. 18.
2. Flores Magón, Ricardo. Regeneración, núm. 213. 20 de noviembre de 1915.
3. Ídem.