POR NATALIO ARRIETA MARTÍNEZ
Cuando pensamos en un Notario nuestra mente evoca escenas que nos han impuesto a través de la cultura popular: una persona de edad avanzada, con lentes, cabello canoso y con olor a polvo que redacta escrituras sobre casas; por otro lado, tenemos una escena muy frecuente en donde un grupo de personas vestidas de negro y en un funeral dicen la frase sacramental: “debemos ir con un Notario para que nos lea el Testamento”, por lo que pareciera que es una persona que se dedica a leer (y tan bien, que hasta le pagan por eso).
Sin embargo, la realidad dista mucho de esos escenarios tan incrustados que se transmiten de boca en boca, lo que es cierto es que el Notario hoy en día es un profesional del derecho que se dedica, entre otras cosas, a llevar a redactar instrumentos que brindan seguridad jurídica a operaciones y actos que celebramos en nuestra vida, específicamente aquellos que por su naturaleza y consecuencias trascendentales, requieren la intervención de un profesional del derecho plenamente capacitado que garantice que se realizan con estricto apego a la legalidad, retratando en su Protocolo: los hechos que percibe o la voluntad de las partes, como un traje hecho a la medida que protege a quien acude a solicitar los servicios del Notariado.
Como profesionista, es una abogado con amplia competencia en materias tales como mercantil, civil, fiscal, sucesorio, administrativo, familiar, etc… Sin embargo, esta responsabilidad también le otorga una función auxiliar a los órganos de impartición de justicia, ya que a través de la función notarial se evitan conflictos, ¿cuántos no hemos escuchado decir que es muy caro ir a un notario? Pues es más caro no acudir, porque las asesorías relacionadas al otorgamiento de un acto ante Notario, en su gran mayoría no tienen costo.
Esto como parte de la labor social que desempeñan estos profesionales del Derecho, regulados por una Ley de orden Estatal en donde establece que su actuación debe ser imparcial, profesional y apegada a derecho, y aunque el Notariado goza de autonomía en su actuar, el Estado garantiza que su actuación se encuentre en estricto apego a derecho, a través de la supervisión de autoridades estatales y federales quienes periódicamente revisan su actuar y sus oficinas.
Hoy más que nunca, la función del Notario garantiza que no existan intermediarios entre la sociedad y un esquema de seguridad jurídica, a través de las Notarías que son atendidas por un profesional del derecho de alta especialidad que orienta adecuadamente a quienes solicitan sus servicios con la finalidad de entre otras cosas, se proteja la inversión que realizan al comprar un terreno o una casa, al asociarse con otras personas para constituir una sociedad que desarrolle un proyecto comercial, a quienes deciden formar parte activa de una asociación o fundación, a quienes deciden proteger a su familia al otorgar su testamento, a quienes acuden para cotejar o certificar algún documento, entre muchas opciones más.
Por lo tanto, hoy que nos sumamos a sus felicitaciones por el 60 aniversario de la creación de uno de los primeros órganos profesionales autónomos enfocados en la capacitación constante de sus agremiados, es decir, El Colegio de Notarios del Estado de Veracruz, no hay mejor manera de festejar que trabajando en cada una de las Notarías a lo largo y ancho de nuestro Estado, en donde te esperamos con las puertas abiertas para atenderte, asesorarte y redactar el instrumento notarial que le brinde seguridad y certeza jurídica a tus necesidades.
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