El 8 de marzo se conmemoró el Día Internacional de la Mujer, pero mis queridos lectores ¿Saben por qué se eligió esta fecha? Pues porque el 8 de marzo, pero de 1908 sucedió algo transcendental que marcó la historia del trabajo y la lucha sindical no sólo en los Estados Unidos, sino en el mundo entero. Unas 130 mujeres aproximadamente murieron en el edificio de la fábrica Cotton de Nueva York durante un incendio, que propició que las trabajadoras sobrevivientes se declararan en una huelga permanente en el lugar de trabajo. El motivo de su reclamo era la exigencia de una reducción de jornada laboral a 10 horas, un salario igual al de los hombres por desempeñar las mismas actividades, y las malas condiciones de trabajo que padecían. El dueño de la fábrica ordenó cerrar las puertas del inmueble para que las mujeres desistieran de sus pretensiones y abandonaran el lugar. Pero su intención fue más allá; no logró lo que quería y ocasionó la muerte de las obreras que se encontraban en el interior de la fábrica.
Desgraciadamente la muerte de esas heroínas dio origen a esta conmemoración que hoy se conoce como el Día Internacional de la Mujer, en donde en este año miles de mujeres en el mundo salieron a las calles a marchar y exigir el fin de la violencia de género, así como el respeto a su vida y sus derechos.
A pesar de que muchas generaciones atrás han luchado por los derechos que hoy en día las mujeres gozamos, todavía falta mucho por hacer, por educar, por pelear y por lograr.
SOMOS MÁS LOS BUENOS QUE LOS MALOS
Es incongruente que las personas, sigan diciendo que una mujer se busca su propia desgracia, que por vestir provocativo la violaron, que nadie la mandó a andar sola por la calle y por eso la mataron, que ella engañó al novio y por eso la golpeó o que para salvar a su familia tiene que aguantar el maltrato, ¡BASTA!, Alto al maltrato, alto a los comentarios discriminatorios, alto a ver como algo normal la muerte, desaparición o violación de una mujer, como algo que tiene que pasar todos los días.
No es normal que de enero a la fecha al menos 304 mujeres fueron asesinadas en el país. No es normal que en Veracruz la tasa de abuso sexual creció 155.44%, no es normal que la tasa de feminicidios pasó de 0.09 feminicidios por 100 mil mujeres a 0.23 en nuestro estado. No es normal que, en el 2018, 579 mujeres denunciaron ser víctimas de violencia psicológica, física, sexual, patrimonial, económica y obstétrica; no es normal que ocurrieran 118 feminicidios y 263 mujeres desaparecidas el año pasado. Estas cifras solamente son de Veracruz.
El sur del estado ocupa el primer lugar a nivel estatal en abuso contra las mujeres, para ser exactos Coatzacoalcos en feminicidios y homicidios; Acayucan lidera en violencia y desapariciones.
Esta lucha es de todos, no es posible que siga habiendo tanta violencia de género y que no se haga nada. Nadie se siente segura al salir, es preocupante que si no contestas el teléfono tus familiares ya piensen lo peor, es injusto que existan niñas en el estado que son violadas por sus propios padres, por sus abuelos o sus maestros, que siga habiendo estudiantes que salen a prepararse para ser profesionistas y ya nunca regresan a casa, que existan madres de familia que salen a trabajar y ya nunca más se sabe de ellas, que existan miles de mujeres desaparecidas y no haya ningún rastro sobre su paradero.
Tenemos que exigirle al gobierno que pare esta masacre, ¡NOS ESTÁN MATANDO A DIARIO! y no se puede seguir viviendo así.
Pero nosotros como sociedad también debemos de ayudarnos, mis queridos lectores, si ustedes ven que alguien no se siente segura, acérquense; si ven que alguien se ve sospechoso, griten y pidan ayuda, nos debemos de cuidar entre nosotros, debemos demostrar que somos más los buenos que los malos.
*Estudiante de Comunicación de la Universidad Veracruzana.
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