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Hechos no palabras

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Queridos lectores, la educación en México se encuentra en un estado crítico y desgraciadamente cada día se nota más la brecha enorme que existe entre una persona que tiene acceso a la educación y otra no. “El sistema” le está fallando a las niñas, niños y jóvenes del país al no garantizar su derecho a la educación gratuita, laica, obligatoria, universal y lo más importante de todo: de calidad. Pero con esta falla se retrocede día con día el progreso de un país.
Hace unos días el presidente de México, Andrés Manuel López Obrador, compartió un tweet en el cual señalaba que le estaban haciendo falta médicos al país, en donde se daba a entender que en su sexenio eso se iba a cambiar, no dijo cómo, sólo hizo la afirmación.
“A principios de este año, de los 13 mil 711 aspirantes a ingresar a la Facultad de Medicina de la UNAM, solamente fueron aceptados 211, es decir, el 2%. Esta fue la política de 36 años del periodo neoliberal, por eso nos faltan cerca de 200 mil médicos en el país; es uno de nuestros desafíos”, dijo AMLO.
A segundos de subir este tweet a las redes sociales se desataron miles de comentarios, en donde se le preguntaba al presidente que si es correcto que nos falten médicos o hacen falta buenos salarios para ellos.
Es un hecho que la carrera de Medicina es una de las más disputadas en todas las universidades del país, pero no todos los aspirantes ingresan ni todos pueden estudiar esa carrera. Es ahí donde empieza la calidad de la educación, las universidades no están preparadas ni tienen la capacidad para poder aceptar más de los alumnos que aplican y eso es una realidad, no es corrupción como lo menciona la 4T.
La mayoría de las universidades del país no se encuentran en la mejor condición para dar clases. Esto es lo que le cuestionaban al presidente de la República. En primer lugar, becas para los internos, en segundo lugar, salarios justos para los médicos que están día con día en los hospitales públicos salvando vidas y ayudando a la población; y en tercer lugar apoyar a las universidades para poder ofrecer mejor calidad y capacidad de enseñanza.
Como lo he venido mencionando mis queridos lectores, una cosa son los hechos y otras las palabras con aplausos. No todo es corrupción, ni todo es decir por decir, la realidad la vivimos todos nosotros en la calle, en la universidad y en los hospitales.
El pueblo bueno lo que exige son hechos que resuelvan esta difícil realidad que estamos viviendo, ya está cansado de tantas palabras y promesas sin cumplir.

*Estudiante de Comunicación de la Universidad Veracruzana.

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