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La triste realidad de la alegría

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El Carnaval de Veracruz cumple 500 años de haberse formado y es increíble la alegría que transmite; sin embargo, es una lástima que toda esa felicidad se apague unos meses después.
Veracruz ocupa el segundo lugar en tener pacientes con VIH sida, más de 9 mil personas están infectadas en nuestro estado y otras 22 mil tienen el virus y desconocen que esta enfermedad esté ya en su organismo.
En estas fiestas porteñas, el virus aumenta. Los jóvenes contraen esta grave enfermedad sin tener preocupación, pero sobre todo sin tener culpa alguna. Mis queridos lectores ¿Qué nos está pasando a nosotros los millennials? ¿Nos está ganando la fiesta o la irresponsabilidad?
Es preocupante que este virus se esté esparciendo por casi todo Veracruz silenciosamente. Ante estas cifras alarmantes, el titular de la asociación civil “Sí a la vida”, Alejandro Mendoza, el año pasado declaró “esto es resultado de la falta de campañas de prevención, llevamos años sin una campaña por parte de la Secretaría de Salud de Veracruz, para el uso de condón, y la falta de estrategias para la retención de pacientes, lamento que a pesar de las estadísticas alarmantes no se tomen acciones urgentes, para evitar que sigan en aumento los pacientes de VIH/ SIDA en la entidad veracruzana”.
Es realmente alarmante que los jóvenes estemos desinformados sobre este tan grave problema. Es cierto que el Carnaval de Veracruz es una magna fiesta que nos motiva a tener un rato de alegría, pero nuestra salud, no es de solo unas horas.
El sida es un grave problema de salud pública de los veracruzanos, que debería de tener continuas campañas de prevención y nosotros los jóvenes debemos preocuparnos más a la hora de divertirnos.
Sobre todo, debemos tomar nuestra salud con responsabilidad, pues si bien no es malo divertirse en la fiesta más grande de los veracruzanos, puede serlo si no nos protegemos, ya que, si bien es cierto, no ha habido campañas de prevención, también es cierto que en todos los Centros de Salud se regalan preservativos, que es el único método de prevención 99% seguro que nos puede salvar de este virus o de alguna otra enfermedad de transmisión sexual.
No dejemos que unas cuantas horas nos marquen para toda la vida y nos roben lo más valioso que tenemos que es la salud a una etapa tan temprana, pues no todo siempre es culpa del gobierno, nosotros debemos hacer lo que nos corresponde disfrutando nuestra sexualidad, pero siempre tomando en cuenta los riesgos que representa el no cuidarnos.
Con esto no quiero decir que no debamos exigir campañas de prevención y educación sexual, sino que, de nada sirve tenerlas si a nosotros se nos hace fácil ignorarlas y decir “no creo que me vaya a pasar algo”, porque nuestra salud definitivamente no es un juego de azar.
Como bien se dice somos la generación que tiene toda la información a la mano, pues ahora todo lo podemos investigar y saber en internet; sin embargo, también somos la generación más desinformada, porque no buscamos, no nos informamos, tal vez por flojera o porque simplemente no nos interesa, por pensar “a mí no me va a pasar”, pero hay que reflexionar que si le ha pasado ya a miles de veracruzanos, también me puede pasar a mí.
Yo los exhorto, a que disfrutemos a lo grande esta celebración con responsabilidad y compromiso con nosotros y nuestra salud, para no perder la alegría, unos cuantos meses después. Es mejor prevenir ahora, y no lamentarnos cuando la música se haya apagado, la fiesta terminado, el tiempo haya pasado y ya no se pueda hacer nada.

*Estudiante de Comunicación de la Universidad Veracruzana.

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