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Pablo Picasso, el artista por antonomasia del siglo XX

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(Photo by George Stroud/Getty Images)

Foto por George Stroud/Getty Images

El genio de Málaga, el artista por antonomasia del siglo XX, el innovador, prolífico, reformador y controvertido español Pablo Picasso cumplió este lunes 46 años de fallecido como uno de los pintores más buscados por los amantes del arte y solicitado por las casas de subastas.

Creador de varios movimientos de vanguardia que se propagaron por todo el mundo y se convirtieron en fundamentales en la historia del arte, Pablo Diego José Francisco de Paula Juan Nepomuceno María de los Remedios Cipriano de la Santísima Trinidad Mártir Patricio Clito Ruiz y Picasso incursionó en la pintura, la escultura, el grabado y la cerámica con diferentes materiales.

Nacido el 25 de octubre de 1881, en Málaga, pero residente de La Coruña desde los cuatro años hasta su adolescencia, tuvo una infancia privilegiada por la relación de su familia con escritores y figuras del arte como los pintores Ramón Casas y Santiago Rusiñol.

Pintó su primer óleo a los ocho años, y a los 14 presentó la obra “Ciencia y Caridad” para ingresar en la Real Academia de Bellas Artes de Barcelona, donde dio claras muestras de sensibilidad y capacidad para representar la realidad política y social del momento, “congelando la historia” con su particular trazo.

En 1894 creó un periódico personal en el que publicó ilustraciones, retratos y caricaturas. Al comenzar el nuevo siglo se mudó a Francia, donde su vida dio un giro drástico al complicarse su situación económica y enfrentar el suicidio de su amigo, el pintor Carles Casagemas.

Esos hechos dieron pie a su “Periodo azul”, durante el cual el dolor del artista es palpable en sus cuadros en tonos azul y verde, colmados de personajes sufrientes, como se aprecia en “Viejo con guitarra” y “Desnudo azul”.

Después llegó la “Etapa rosa”, una época de vuelta a la calma en los que primó el análisis del hombre en distintas situaciones sociales y en la que el autor otorgó a sus obras mayor sencillez.

Sus pinturas, con tonos rosas a rojos, se relacionaban con el mundo circense, como se aprecia en “Familia de acróbatas” y “Acróbata sobre bola”; en esta época mantuvo una relación amorosa con la artista francesa Fernande Oliver.

Picasso, que se vio influenciado después por el arte de los pueblos griego, ibérico y africano, pintó en 1907 “Señoritas de Aviñón”, pieza que aunque fue fuertemente criticada en esa época, representó un eje fundamental para su carrera hasta ser considerada como la iniciadora del Arte Moderno.

En esos comienzos del siglo XX inició la etapa más icónica de Picasso, quien rompió con la estética anterior realista e incorporó figuras geométricas a imágenes cotidianas, tendencia que dio nombre al “Cubismo”, corriente que encumbró al malagueño a la escena cultural mundial.

“El arte es una mentira que nos hace darnos cuenta de la verdad”, expuso Picasso, quien aseguró que en ese momento plasmaba más sus sentimientos personales y la percepción que tenía del mundo.

Entre 1915 y mediados de la década de 1920 Picasso abandonó los rigores del Cubismo para adentrarse en una etapa figurativa e incursionar en el Clasicismo, el Surrealismo y el Expresionismo.

Con el estallido de la Guerra Civil, en 1936, su obra cobró una conciencia política claramente representada en el “Guernica”, pintado por encargo del Gobierno de la Segunda República para el Pabellón Español en la Exposición Internacional de París de 1937.

El objetivo era utilizar ese cuadro, que muestra con toda crudeza la muerte de civiles durante la Guerra Civil, especialmente el bombardeo a esa localidad española ocurrido el 26 de abril de 1937, como propaganda política del gobierno republicano para reflejar el drama que se vivía en España.

Considerada la última gran obra de historia de la tradición europea, el “Guernica” se convirtió en una de las imágenes más emblemáticas del mundo contemporáneo, al grado de que un tapiz que lo retrata estuvo instalado desde 1985 hasta poco después de 2003 en el corredor que llevaba a la sede del Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas, en Nueva York.

Es también en esa época cuando conoció a la también pintora Françoise Gilot, con quien procreó a sus hijos Claude y Paloma.

En 1946, Picasso abandonó París para instalarse en la localidad francesa de Antibes, donde incorporó la cerámica entre sus soportes predilectos; en los años 50 realizó numerosas series sobre grandes obras clásicas de la pintura, que reinterpretó a modo de homenaje.

De esta época son sus pinturas “Bodegón”, “Cabeza de mujer”, “El rapto de las sabinas”, “El sueño”, “Hombre con boina”, “La bahía de Cannes”, “La Cuisine”, “La paloma de la paz”, “Le pigeon aux petits pois”, por mencionar algunas.

Pablo Picasso contrajo segundas nupcias con Jacqueline Roque, en 1961 y cambió su residencia al Castillo de Vouvenargues, donde pintó cuadros como “Embrace” y “Figuras reclinándose” hasta el día de su muerte, el 8 de abril de 1973.

Actualmente más de dos mil obras del malagueño pueden ser contempladas en museos de todo el mundo y otras muchas en colecciones privadas.

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