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Lo bueno y lo malo de #MeToo

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Desde hace algunos años el movimiento social #MeToo ha sido de gran ayuda para miles de mujeres que se han atrevido a denunciar la agresión y el acoso sexual. A pesar que comenzó a finales de los años 90, fue hasta octubre de 2017 que este movimiento tomó más fuerza como consecuencia de las acusaciones de abuso sexual contra el productor de cine estadunidense Harvey Weinstein. La frase, utilizada durante mucho tiempo en este sentido por la activista social Tarana Burke, fue popularizada por la actriz Alyssa Milano, quién animó a las mujeres a tuitear sus experiencias para demostrar la naturaleza extendida del comportamiento misógino. Desde entonces el hashtag ha sido utilizado por más de 500 mil personas.
Es increíble lo que el internet puede causar en estas generaciones, lo que solo un hashtag logra en segundos es impresionante, pero más impactante es como miles de mujeres de todo el mundo suben a diario a las redes sociales relatos y denuncias de los abusos sexuales que presuntamente han padecido a lo largo de su vida.
Por otro lado, el movimiento #MeToo también ha originado gran polémica debido a que la denuncia es totalmente anónima, dejando expuesto al supuesto agresor en las redes sociales sin armas con que defenderse, ni a quien exigirle pruebas de lo que denuncian.
La abogada Ydalia Pérez Fernández-Ceja, en entrevista para el periódico Excélsior, afirmó que “es necesario que #MeToo continúe en México para visualizar la violencia sexual que sufren las mujeres; sin embargo, esto no puede generar una verdadera reparación del daño a las víctimas y una aseveración de no repetición si no se traslada al debido proceso y solamente se queda en redes sociales”.
Es real que este movimiento ha revolucionado y ha hecho que muchas mujeres denuncien el abuso, más que en ninguna otra época, pero deben de haber pruebas y los supuestos agresores deben ser presuntos culpables y con ello investigar el caso, que no sólo se quede en las redes sociales, debido a que mientras se investiga si es verídico o no, el daño en las redes sociales ya está hecho.
La abogada también dijo “Yo esperaría que se tome una acción colectiva, ya no desde las redes sociales, sino afuera, para poder lograr un tipo de cambio. Presentar demandas para obligar a los Ministerios Públicos a hacer su trabajo con casos de acoso y violación e incluso ir a los lugares de las denuncias para evidenciar que los protocolos de género no están funcionando”.
Es verdad que las mujeres tenemos miedo, pero con este movimiento nos damos cuenta que no estamos solas; sin embargo, el gobierno debe protegernos, nos tiene que empoderar y hacer justicia; tiene que haber procesos penales justos y no debe de existir impunidad, porque estos movimientos se crean a partir de que nadie hace nada cuando se denuncia, el gobierno nos tiene que escuchar. Las autoridades competentes deben hacer justicia, pues para eso se les paga, tienen que escuchar a las víctimas y poner un alto a este tipo de agresiones.
Es tiempo ya de poner un hasta aquí al acoso sexual, pero también es tiempo de evitar el abuso de las redes sociales, que han sido en ocasiones mal utilizadas. Es importante no caer en difamaciones que puedan dañar injustamente a supuestos agresores.
Se tienen que implementar protocolos para no caer en falsas acusaciones que provoquen hechos fatales que lamentar.

A DETALLE
Es increíble lo que el internet puede causar en estas generaciones, lo que solo un hashtag logra en segundos es impresionante, pero más impactante es como miles de mujeres de todo el mundo suben a diario a las redes sociales relatos y denuncias de los abusos sexuales.

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