Sólo en los últimos 12 años se sumaron mil millones de habitantes al planeta y se espera que los siguientes mil millones tarden unos 14 años.
De acuerdo al conteo oficial de la Organización de las Naciones Unidas (ONU), la especie humana sigue reproduciéndose a un ritmo acelerado y cada hora se suman siete mil 990 nacimientos, cada minuto 133 y cada segundo 2.2 nuevos habitantes en el planeta por lo que la cifra de ocho mil millones de personas en el mundo que se alcanzó hace algunos días, sigue creciendo minuto a minuto.
Según datos de la ONU, en los últimos 12 años se sumaron mil millones de habitantes al planeta. Si continúa ese ritmo de crecimiento, para 2047 tendríamos más de 10 mil millones de personas viviendo en la Tierra.
Llamado de atención
Para Abigail Vanessa Rojas Huerta, investigadora del Instituto de Geografía, los datos del crecimiento de la población mundial tienen que tomarse con preocupación, pero, sobre todo, como un llamado de atención, pues detrás de las cifras hay factores que alertan sobre el incremento de la pobreza, la desigualdad y una eventual crisis alimentaria.
Indicó que la explosión demográfica implica enormes desafíos para todas las naciones, principalmente en estos momentos para los países que se ubican en Asia y África que es donde se concentra el mayor número de la población, y aun cuando China se mantiene en el primer lugar de las naciones con más habitantes, en pocos años la mayor concentración de personas estará en la India, la República Democrática del Congo, Egipto, Etiopía, Nigeria, Pakistán, Filipinas y Tanzania.
Los 46 países menos desarrollados son los que más rápido crecen y la gran mayoría duplicarán su población entre 2022 y 2050, según el informe sobre Perspectivas de la población mundial 2022, editado por la ONU, siendo la India la nación que mantiene un crecimiento sostenido, lo que la llevará a desbancar a China del primer lugar como el país más poblado del mundo.
La investigación revela que la principal causa del crecimiento poblacional, sobre todo en las naciones en desarrollo, es la falta de servicios de planificación familiar y de una mínima educación sexual y reproductiva, lo que en la práctica se traduce en que la mayoría de las mujeres no cuenten con poder de decisión acerca de si quieren o no tener hijos, cuántos y en qué momento. Se calcula que de los 121 embarazos que en promedio se registran en el mundo, la mitad no son deseados.
Es muy complejo determinar si ya somos muchos o somos pocos en este planeta, señaló la experta en Geografía social, pero una realidad es que los escenarios son muy preocupantes y las consecuencias pueden ser devastadoras si todas las naciones, no únicamente aquellas que tienen mayor densidad poblacional, no colocan en sus agendas gubernamentales la seguridad alimentaria, la salud, la educación y el cambio climático, como temas de alta y urgente prioridad.
Resaltó que en la gran mayoría de países africanos las consecuencias de un crecimiento demográfico descontrolado son evidentes y están enfrentando severos problemas en temas de salud, especialmente con las enfermedades infecto-contagiosas, muchas de ellas que se pueden prevenir; además de la profunda crisis que padecen por la escasez de alimentos, la falta de agua para el cultivo de riego y la nula inversión en infraestructura para agricultura.
Rojas Huerta añadió que el grave problema del cambio climático también se encuentra directamente relacionado con el aumento de la población mundial, por lo que en este aspecto los desafíos no son menos complicados, ya que se plantea como gran reto, el lograr un desarrollo sustentable con el que se pueda atender las necesidades básicas de quienes ya habitamos este planeta y de los que están por nacer, sin continuar destruyendo el medio ambiente. Para lograr lo anterior se puede iniciar modificando los hábitos de consumo y migrando a modelos de producción más ecológicos.
Consideró que ante la magnitud de los desafíos que plantea el crecimiento demográfico, los organismos internacionales como la ONU, el Banco Mundial y el Banco Interamericano de Desarrollo deben asumir un papel más protagónico para impulsar nuevos mecanismos y estrategias que permitan apoyar a las naciones que están teniendo un mayor crecimiento de su población y que, por lo tanto, requieren de la solidaridad de la comunidad internacional.
“Además del seguimiento y las investigaciones que hacen acerca de las problemáticas de cada país, los organismos internacionales tienen la responsabilidad de convocar a las naciones más desarrolladas para analizar y buscar salida a la crítica situación que están enfrentando los países más pobres con todos los problemas que trae consigo el crecimiento de su población. Es momento de la solidaridad internacional y todos deberíamos entender que compartimos un mismo planeta y en ese sentido debemos compartir las mismas preocupaciones”, concluyó.