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¿Qué pasa después de la Covid-19?

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Es necesario encontrar estrategias para revertir los efectos que deja la enfermedad.

Si bien el sistema respiratorio es de los principales afectados durante la enfermedad por Covid, no es el único involucrado.

En el marco de la Semana del Cerebro del Instituto de Neurobiología (INB) Neuronas, hormonas y cuidados, se llevó a cabo un espacio de diálogo entre estudiantes del Centro de Bachillerato Tecnológico Industrial y de Servicios (CBTIS) 142 de Orizaba, Veracruz, alumnos de la Universidad Tecnológica de Corregidora, Querétaro, y un panel de cinco profesionales de la salud y de la investigación, para compartir información actualizada acerca de las principales secuelas que se han observado en personas que padecieron la covid-19, así como resolver dudas específicas en este tema.

Aleph Prieto, investigador del INB y responsable del laboratorio de Códigos moleculares de la memoria, mencionó: “el objetivo es tener una conversación lo más informal con las personas que se conectarán. Tenemos aquí gente que está en directo contacto con los pacientes. Ellos tienen una forma de explicar las cosas muy clara. Nosotros nos reunimos cada miércoles con el fin de estudiar secuelas de la covid y hablamos de datos actuales.”

Se trata de un grupo en el que también participan las investigadoras Araceli Pérez-López, de la Facultad de Estudios Superiores (FES), Iztacala, e Yvonne Rosenstein, del Instituto de Biotecnología (IBt) de esta casa de estudios; así como Elizabeth Mendoza Portillo, jefa de Terapia Intensiva del Hospital General Dr. Rubén Leñero, y José Juan Lozano Nuevo, médico especialista en Medicina Interna. Desde hace más de un año, ellos se reúnen periódicamente para discutir la investigación más reciente respecto de las secuelas de la covid-19.

Fatiga, la principal secuela

La conversación arrancó a partir de una consulta sobre fatiga pulmonar y la posibilidad de su rehabilitación, sobre lo que Prieto señaló: “actualmente, la cifra de enfermos va sobre 460 millones, pero es importante saber qué porcentaje tiene algún tipo de secuelas y cuáles son las más comunes. Ahorita, les puedo decir que es la fatiga.”

Al respecto, Lozano Nuevo expresó: “desde el punto de vista médico, fatiga pulmonar no existe como tal. Es necesario diferenciar secuelas de lo que corresponde propiamente a la covid persistente. Tenemos en los pulmones una especie de esponja, no llena de agua, sino de aire, que se llena y se vacía en cada una de nuestras respiraciones; sin embargo, estos órganos que normalmente hacen este vaivén pueden tener zonas de fibrosis, las cuales surgen después de una inflamación, que generalmente se da en un proceso como una neumonía”.

En este sentido, indicó, la Covid es una neumonía que puede presentarse sin consecuencias, como es el caso de la mayoría de las personas, o tan grave que lleva a la muerte, y como tal da lugar a zonas rígidas de fibrosis en los pulmones. “Por ejemplo, así como una cicatriz en la piel se ve muy aparente después de una quemadura, así queda el pulmón. Entonces cuando se habla de fatiga pulmonar, más bien se trata de restricción pulmonar. Ese pulmón ya no puede contraerse porque tiene una zona que le impide contraerse y dilatarse adecuadamente”.

Por su parte, Mendoza Portillo agregó que si bien el sistema respiratorio es de los principales afectados durante la enfermedad por covid, no es el único órgano o sistema involucrado, por lo cual existen distintas causas para la fatiga. “Puede ser propiamente un componente pulmonar por falta de aire, llamada disnea, o bien puede ser la afectación en los distintos órganos o sistemas. Se ha encontrado también la alteración en el músculo, es decir, miopatía. Muchas veces ésta también puede ser una condicionante para que el paciente presente un mayor agotamiento.”

Afectaciones a la memoria y otros efectos cognitivos

Ante preguntas respecto del estado de la investigación acerca de los efectos cognitivos en pacientes recuperados de la covid, Aleph Prieto señaló que se trata de una secuela ampliamente documentada. Refirió una de las investigaciones tempranas que arrojaron luz al respecto: “uno de los estudios iniciales más importantes que empezó a abrir los ojos de que hubiera secuelas de tipo cognitivo en pacientes que habían tenido Covid juntó una gran cantidad de datos. Estamos hablando de más de mil pacientes, y corrió un estudio que agrupa diferentes entidades y hospitales, y encontró evidencia de que al parecer, sí afecta ciertos dominios cognitivos”. Señaló que si bien el dominio cognitivo más famoso es la memoria como la capacidad que tenemos de tener recuerdos, también existen otras capacidades tales como la atención, abstracción y la resolución de problemas. “Hay diferentes dominios cognitivos, y en este estudio los clínicos hicieron diferentes pruebas para evaluarlos y encontraron que en muchos de éstos, en muchas de las capacidades había un deterioro.”

Si bien se han estudiado las secuelas cognitivas y existen evidencias de que las hay, aún existe mucho por investigar, en particular respecto de la recuperación de estas afectaciones. “Lo que no se ha estudiado y nos deja una puerta de esperanza es que sí se recuperan, no sabemos qué tan largo sea el plazo. Algunos estudios más recientes dicen que hasta por un año pueden seguir ciertas secuelas, no nada más las cognitivas, y ahora nos toca investigar cómo revertirlas. Eso no lo sabemos, no tenemos claro si son permanentes y queremos pensar que no, y que en algún momento encontraremos estrategias para que la recuperación sea más rápida.”

Desajustes hormonales y alteraciones del ciclo menstrual

Otra de las preguntas planteadas por la audiencia refirió los reportes anecdóticos que asocian la vacunación con desajustes hormonales. Prieto recordó que existen distintos mecanismos de comunicación que las células del cuerpo sostienen constantemente y, en ese sentido, las afectaciones hormonales son probables. “Debemos de estar conscientes que todas las células del cuerpo se comunican y éste es un proceso constante. La comunicación más fácil de entender es la de mediadores químicos, es decir moléculas que se secretan a la sangre y llegan de un lugar a otro por todo el cuerpo. Si partimos de eso y consideramos que una vacuna busca despertar una respuesta inmune potente, poderosa contra algún agente infeccioso, en este caso el SARS-COV-2; entonces, cuando al vacunarse se promueve generar una respuesta inmune, que entre otras cosas, es la generación de moléculas, proteínas que se secretan y que fluyen en toda la sangre, éstas últimas pueden ser percibidas por células que producen hormonas o regulan la producción de cualquier tipo de hormona, entre ellas las del ciclo menstrual.”

Elizabeth Mendoza complementó con datos de dos investigaciones recientes que describen el cambio suscitado en los ciclos menstruales, pero esta condición no resulta significativa ya que se presentan en menos de 11 por ciento de los casos, lo cual está dentro de lo esperado para la población femenina en edad fértil. “Puntualmente se han hecho algunas encuestas y estudios sobre los cambios en relación a los trastornos de la menstruación posterior a la aplicación de vacuna. Hay dos muy interesantes, uno de ellos en población estadunidense y otro en población europea, donde identificaron que realmente el cambio fue en promedio entre .6 y .7 en cuanto a la duración de la menstruación. Le di seguimiento a una de estas investigaciones y encontraron que después de tres meses de la aplicación de la vacuna, los periodos prácticamente volvieron a la normalidad en las pacientes”.

Se ha visto en pacientes que sí se ven alterados ciertos dominios cognitivos.Imagen: L. Mario Ernesto Burruel Olguín.

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