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Xalapa en alerta máxima

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POR: Pepe Valencia

Un día cualquiera de esta gélida temporada un eficiente empleado
sufre severo ataque de tos en la oficina pública donde labora. Su
jefe le ordena retirarse de inmediato y someterse a la prueba para
detectar el covid. Resulta positivo. Regresa aterrado a su casa. Es el
primer integrante de la familia en contagiarse y se inicia su viacrucis
antes de semana santa.

Deciden practicarse el examen aunque no todos experimentan
síntomas. De siete, cinco dan positivo. Se salvan de momento la
mamá y el más pequeño de los hijos. ¡Qué horror! No estaban
preparados. Habían tomado precauciones pero no previeron cómo
reaccionarían en caso de contagio múltiple.

Carreras, llamadas telefónicas a parientes y amigos. Consultas
médicas, medicamentos. Confinamiento. Gastos no
presupuestados. Atender a los infectados y proteger a los todavía
sanos en casa, porque no hay adónde refugiarse. Nadie
proporciona alojamiento a contaminados por covid. ¿Acudir al
IMSS u otro hospital? Ni locos… solo si ello es inevitable. Además,
están saturados. Son insuficientes las camas.

De por sí es peligroso acudir a realizarse las pruebas por el alto
riesgo de contagio. Van muchos con visibles síntomas de la
enfermedad y pueden esparcir el virus. Se observan con

desconfianza unos a otros y se estresan al más leve tosido o
estornudo. “Capaz no tengo nada y salgo de aquí con covid”.
–No me siento mal. Estoy bien –suelen consolarse.

–Toma paracetamol o consulta un doctor, hermano.
–Me aguantaré con remedios caseros. Té de guayaba, jengibre,
acuyo o qué sé yo. Gárgaras de bicarbonato de sodio. Ajo, cebolla,
miel, limón, naranja y mucha agua.

–Come tomate, compadre. También échale vinagre o unos tragos
de crucetillo, es bueno para todo. Y no te bañes porque empeoras…
De tantas recetas te enredas o confundes y no sabes a quién
hacerle caso. Te las comparten de corazón porque a ellos les
funcionaron.

Por lo pronto tu casa está patas arriba. Los no contagiados no se
dan abasto ante el quehacer doméstico: lavado de ropa y trastes,
limpieza del piso, elaboración de alimentos, compras, arreglo de
recámaras, atención de mascotas. Ufff.

No todos cuentan con prestaciones del seguro social. Si no salen a
trabajar no perciben ingresos. La comida escasea.

¿Y quienes carecen de empleo fijo, cómo pagarán doctor y
medicinas? Se las arreglan como pueden. Si tienen suerte
sobrevivirán a la pandemia y si no, pues terminarán abultando las
estadísticas oficiales de víctimas de covid u ómicrón.

Niños, jóvenes, adultos mayores, la muerte arrasa parejo. También
caen ricos, famosos y no famosos que se niegan a ser vacunados,
como Diego Verdaguer y otros.

Algunos se confían porque recibieron la vacuna o ya contrajeron el
virus y los síntomas fueron leves. Se asumen exentos de nuevos
contagios. ¡Aguas!

Xalapa amanece este lunes en semáforo rojo. ¿En qué nos ayudará?
Quienes crean en milagros, oren con fe para librarnos de esta
apocalíptica pesadilla.

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