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Educación, divino tesoro

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Estudiar la universidad en México es un privilegio que muy pocos jóvenes gozamos, además de predominarlo privilegio, también lo llamaría un esfuerzo arduo de quienes lo subsidian. Ese privilegio marca una comparación abismal a la hora de salir a pedir trabajo; sin embargo, en estos tiempos tener una licenciatura tampoco es un seguro, para que saliendo encuentres un empleo, simplemente te da “un plus” para poder encontrar un mejor trabajo con mejor paga.
La OCDE afirma que el sueldo promedio de alguien que realizó estudios universitarios es 80 por ciento mayor que el de alguien con educación media superior. Terminar la licenciatura reduce 51 por ciento el riesgo de incorporarse a la economía informal.
En México de cada 100 alumnos que ingresan a primaria, solamente 21 terminan la universidad, cuatro estudian una maestría y uno llegará a doctorado de acuerdo con el estudio Panorama de la educación dirigido por la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE); en el análisis se establece que en México solo 17 por ciento de la población de 25 a 64 años ha cursado educación superior, esta cifra es la proporción más baja entre los países miembros del organismo internacional, donde el promedio es de 37 por ciento.
Pero, ¿Qué es lo que realmente pasa?, Mis queridos lectores, ¿Por qué los jóvenes ya no ingresan a las universidades? Las causas más frecuentes de deserción universitaria son provocadas por problemas económicos (siendo éste el más mencionado), familiares, de salud, maternidad, indisciplina, cambios de escuela o domicilio, bajo rendimiento escolar, cuestiones laborales o insatisfacción académica, por mencionar algunos elementos, esto con base en estudios realizados por la Universidad Autónoma de Puebla.
A todos esos problemas también deberíamos sumarle, que si la educación superior pública es un privilegio, ni hablar de la educación privada a lo que la gran mayoría de mexicanos no tienen acceso, sumando esta, otra causa se debe a que tan sólo en el año pasado, siete de cada 10 aspirantes se quedaron sin un espacio en las mejores universidades públicas de México. Es decir, rechazaron a más de 420 mil jóvenes que buscaban un lugar, de acuerdo con estadísticas de las universidades.
La Encuesta Nacional de Deserción en la Educación Media Superior de la SEP, revela que la matrícula de las universidades públicas es insuficiente, y los costos de las universidades privadas es muy elevada, dando por consecuencia que los jóvenes desistan de una carrera universitaria, debido a que no se pueden pagar una universidad privada.
Es una realidad que las becas son insuficientes para el número de jóvenes que tiene México, pero no dudo que sea de gran ayuda a los que si la tengan, sin embargo no creo que eso sea lo más viable o lo único que el gobierno pueda hacer para motivar a los jóvenes que entren a prepararse para ser profesionistas, se debe de apoyar más a las universidades públicas, no crear más. Mejorando las instalaciones, contratando más personal, y abriendo mayor apertura a más cupos para los jóvenes. Estudiar debería de ser gratuito y obligatorio como lo marca la constitución, desgraciadamente solo son palabras, que en este país no se cumplen.

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