EVA: Cuernavaca fue casi el paraíso., hoy es la entrada a los infiernos. Hace cuando menos cuatro décadas las calles todavía olían a guayaba y pomarrosas. Hoy, a sangre. Por las mañanas, el griterío de los pericos abandonando su madriguera, te despertaban alegremente; por las tardes te invitaban a escucharlos, cuando regresaban de sus aventuras. Las “primaveras” te hacían el día con sus cantos, y por las noches el concierto de grillos te marcaba la hora de meterse a descansar. Hoy, ya ni en el día es seguro salir a la calle, la muerte está al acecho.
El clima y su ambiente provincial, lejos del mundanal ruido de la ciudad de México, pero tan cerca de ella para ir y regresar el mismo día, si es necesario; los jardines residenciales con árboles de jacarandas, fresnos y flamboyanes, y el que nadie importunara el relax y el descanso de los visitantes, fueron, entre otros muchos, los motivos que la hicieron el lugar preferido por artistas, intelectuales, aristócratas, políticos y monarcas exiliados. Todavía hay quien recuerda que en el pequeño jardín de la bajada al puente de Amanalco, AGUSTÍN LARA compuso su “farolito”, y GABRIEL GARCÍA MÁRQUEZ pudo haber acabado su novela “El otoño del patriarca” o empezado la crónica “Noticias de un secuestro”, en su casa de fin de semana en la calle de Virginia, en el barrio de Amatitlán.
En Acapantzingo vivió una temporada la Reina Margarita Savoya, de Italia, mientras que muy cerca de Las Palmas MARÍA FÉLIX se refugiaba en su casa de altas palmeras y frondosos laureles. MOHAMED REZA PAHLEVI, mejor conocido como ”Sha de Irán”, alquiló una casa por varios meses, en tanto se concretaba el sueño de volver a su Palacio de los Espejos en Teherán.
“Mamá Doc”, esposa de FRANCOIS DUVALIER, Papá Doc, el tirano de Haití escogió Cuernavaca para vivir en paz, mientras su hijo JEAN CLAUDE, quien había sido derrocado en 1986, planeaba en su exilio de París regresar a Puerto Príncipe a vengarse de sus enemigos.
Cuernavaca fue en los 80’s y 90’s el sitio preferido por los jóvenes del D.F. que los viernes y sábados abarrotaban a ”Mamá Carlota”, el “Taizz”, el “Samaná”, el Bar Jano y “Barba Azul”.
En Cuernavaca se podía caminar tranquilamente por las noches. La gente se saludaba con su nombre: “adiós doña Mary, hasta luego don Jacinto; cómo está su familia don Gabriel…” etcétera. La vida transcurría como un largo bostezo, por las tardes el café con los amigos y la frescura del anochecer en los jardines recién regados. El novelista y poeta inglés MALCON LOWRY vivió en 1936 en el Hotel Casino, donde entre largos tragos de licor escribió “Bajo el volcán”, novela que dibuja una serie de relaciones complejas y destructivas. El alcohólico protagonista, Geoffrey Firmin, trasunto de Malcolm Lowry, es el excónsul británico en Cuernavaca.
BUENO, hasta PABLO ESCOBAR tuvo su residencia en Cuernavaca, en la colonia Reforma. Dato desconocido.
PEDRO ARMENDÁRIZ provocaba los suspiros de las damas otoñales, cuando hacía su entrada al Casino de la Selva, ataviado con traje de lino blanco. RUFINO TAMAYO instalaba su taller en su casa sobre una loma en Acapantzingo, mientras que DIEGO RIVERA, dos cuadras más adelante y en una cada menos ostentosa, hacía lo propio.
La avenida Cuauhtémoc, una de las tres principales de la ciudad, partía del barrio de Amatitlán y se le conocía con el nombre de “Antiguo Camino a Cuautla”. En el parque Chapultepec había un lago y un zoológico, que ya no existen.
LUIS SPOTA tal vez terminaba de escribir “Más cornadas da el hambre”, con la supervisión de su compañera ELDA PERALTA, atrás de lo que era el hotel “La Casa de Piedra”, donde don MANUEL SUÁREZ acariciaba el sueño de hacer el edifico más grande de México, hoy World Trade Center.
La vida bucólica que invitaba a tardes de bohemia en la tranquilidad de la casa, o a tomar una cerveza en vaso “tongolele” en “La Universal” evocando la vida romántica de MAXIMILANO DE HABSBURGO con CONCHA SEDANO, “La India Bonita”, en su hacienda de Acapantzingo, o de doña CARLOTA tejiendo con sus damas de honor chambritas que nunca usó para su vástago, en el Jardín Borda.
HERNÁN CORTÉS vivió en el Palacio que mandó hacer para su residencia y en donde asentó la encomienda dada al recibir el marquesado del Valle de Oaxaca. El Palacio guarda una enorme similitud con el Alcázar de Colón de Santo Domingo, República Dominicana, el cual es anterior a éste (1506.
Todo esto se lo llevó el carajo, perdón por la expresión, cuando a la caída de JORGE CARRILLO OLEA por un movimiento social alentado por GRACO RAMIREZ, Morelos entró en un proceso de inestabilidad e inseguridad. La violencia y el crimen se dieron cuando capos poderosos escogieron Cuernavaca para su residencia y luego dejaron la ciudad en manos de segundos y terceros para disputarse el territorio por ser pieza clave en el trasiego de la droga, ante la debilidad de los gobiernos panistas de ADAME y ESTRADA CAJIGAL y la ¿indiferencia o complicidad? de GRACO RAMÍREZ, que hoy por hoy, sintiéndose perseguido, quiere doblegar al gobierno bisoño y falto de operación política de CUAUHTÉMOC BLANCO, para llegar a pactos de no agresión.
POR LO DEMÁS, peor que Guanajuato donde la vida, según la canción, no vale nada, el asesinato de dirigentes de comerciantes la semana pasada en el zócalo de Cuernavaca, costó globalmente 5 mil pesos, pero como fueron dos los eliminados toca a 2 mil 250 pesos por cada uno.
Todo el desmadre que vive Morelos me parece no casual, sino concertado. Cárteles locales se han asociado con otros que operan en todo el país, para hacer de la entidad creada por BENITO JUÁREZ, tierra de nadie.
MIENTRAS, ya ni le busquen. El asesinato de GILBERTO MUÑOZ MOSQUEDA, uno de los hombres en los que descansaba el poder de ROMERO DESCHAMPS y que era líder del sindicato nacional de la industria petroquímica, similares y conexos de la RM, en Salamanca, el sábado pasado, fue reivindicado por el Cartel Jalisco Nueva Generación. Nadie explica los motivos del crimen, pero nos habla de que las bandas del crimen organizado extorsionan ya a los sindicatos para quedarse con ellos.
Quince años como académico de la FCPyS-UNAM.
Premio Nacional de Comunicación 2015 «José Pagés Llergo», capítulo «Cátedra en Periodismo»