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Las remesas no son un orgullo

Las remesas de dinero recibidas desde Estados Unidos se han convertido en la fuente más importante de divisas que ingresan a las finanzas mexicanas. Sin embargo, lo que en apariencia es un orgullo para el gobierno mexicano, es en realidad una vergüenza, porque esto pone en evidencia que cada vez más mexicanos salen hacia Estados Unidos en busca del sueño americano, porque en México no encuentran oportunidades de empleo ni las fuentes de sustento más elementales para sostener a sus familias.

Es increíble que no sean las exportaciones de petróleo la principal fuente de
divisas, sino los dólares que envían los connacionales en el exterior y en tercer lugar estén los ingresos por turismo.

Año con año el monto de las remesas ha ido en ascenso registrándose en el año 2020 un total de 40 mil 607 millones de dólares y se espera que para el cierre del 2021 llegue a los 50 mil millones de dólares.

Estos envíos de dinero de los mexicanos radicados en Estados Unidos son
utilizados en un 80% por sus familiares en México para cubrir los gastos más elementales como son alimentación y vestido. Sin embargo, el resto lo utilizan para construir una casa o poner un pequeño negocio.

Actualmente las remesas han alcanzado el nivel más alto en los últimos 18 años, colocando a México en el tercer país que recibe más remesas a nivel mundial. Los primeros dos lugares los tiene India y China.

En 10 años se han duplicado las remesas recibidas de los connacionales que
viven en EU, toda vez que en el año 2010 los ingresos fueron por 21,304 millones de dólares y en el 2020 fueron 40, 607 millones de dólares.

El estado que depende más de las remesas es Michoacán, que ha alcanzado un tasa del 17.1 % del PIB local, seguido por Guerrero (14.4%) y Oaxaca (12.9%).
Más abajo están Zacatecas, Nayarit y Guanajuato. Por cierto, Campeche es el
estado con menor dependencia de las remesas, al igual que Tabasco y la Ciudad de México que no llegan ni al 1 % del PIB local.

De manera que el sueño americano sigue siendo la mejor opción para los
trabajadores mexicanos, que no pierden la esperanza de emigrar hacia los
Estados Unidos en busca de mejores oportunidades económicas, porque en
México no hay manera de progresar y no hay sueldo que alcance para dar una vida digna a su familia. Así que el esfuerzo vale la pena, aun cuando esto implique vivir lejos de los suyos. De modo que las remesas no son motivo de orgullo, sino de vergüenza.

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