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Veneno de abeja tiene efectos positivos contra el mal de Parkinson

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Universidad de Guadalajara

Investigadores y estudiantes del Centro Universitario de Ciencias Biológicas y Agropecuarias (CUCBA), de la Universidad de Guadalajara (UdeG), desde hace un año realizan estudios para conocer las propiedades de este veneno, y los primeros hallazgos muestran que preserva la capacidad motora y la memoria a corto plazo.

Parte del trabajo ha consistido en inducir el estado parkinsónico en roedores de laboratorio; lo anterior a partir de una droga derivada de las anfetaminas, la cual provoca la degeneración de las neuronas dopaminérgicas en el tallo cerebral.

Una vez que los animales desarrollaron Parkinson, los estudiosos aplicaron apitoxina, que es el veneno de abeja, obtenido en el CUCBA. Posteriormente, a los roedores les realizaron diversas pruebas; una consiste en aplicarles otra droga, que las hace dar giros.

“Cuando ponemos el veneno de abeja, la conducta que hace que den giros casi desaparece, aproximadamente un 90% “, informó la Dra. Silvia Josefina López Pérez, investigadora del Departamento de Biología Celular y Molecular del CUCBA, y una de las realizadoras del proyecto.

De acuerdo con otras pruebas, los roedores recuperan su capacidad de manipular y comer espagueti, y pueden reconocer objetos. Esto último significa que recuperan la memoria a corto plazo, quizá hasta 70%.

Durante esta enfermedad las neuronas dopaminérgias (neuronas que producen dopamina) mueren, dijo López Pérez. “Si bien no las vamos a curar, tal vez no es la intención, porque ya hay una muerte celular. No podemos con esto regresar a la vida a esas neuronas, lo que queremos hacer es mejorar la vida de las personas que tienen este padecimiento”, explicó.

“Según las estadísticas, en personas mayores de 60 años, aproximadamente hay una incidencia de 30%; y es interesante que cada vez son más frecuentes parkinsónicos jóvenes, de 40 años”, estimó la investigadora López Pérez.

Con estos estudios se busca, a futuro, que el veneno de abeja sea un coadyuvante del tratamiento del Parkinson. La siguiente etapa será estudiar, a nivel molecular, cómo el veneno de abeja interacciona con el fármaco utilizado en personas con este mal.

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