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Tren de Ciudad de México a Querétaro, sorpresas

Imposible olvidar muchos de los acontecimientos gubernamentales frustrados en lo que a infraestructura se refiere; es el caso, ahora revivido por el gobierno del presidente Andrés Manuel López Obrador, el tren rápido entre  las ciudades de México y Querétaro.

El proyecto de ese tren de pasajeros es de utilidad indudable.

El centro del país registra un crecimiento poblacional, industrial, comercial, turístico imparable.

Más de la mitad de la industria nacional ahora se ubica entre la Ciudad de México como eje y sus satélites en los estados de México, Morelos, Puebla, Hidalgo y por supuesto, Querétaro.

De hecho la ruta ferroviaria actual entre la Ciudad de México y Querétaro -175 kilómetros aproximadamente- es operada por las empresas Ferromex y Kansas City Southern; de ahí estas empresas ferroviarias siguen hacia el noreste y noroeste del territorio hasta los Estados Unidos, exclusivamente de carga.

Sin olvidar que la carretera entre ambas urbes no sólo es la que registra el mayor número de automotores de todo tipo, 160 mil por día. Desde luego la de mayor incidencia de accidentes, entre 400 y 500 por año, algunos con resultados graves en pérdidas de vidas, lesiones y materiales, pues 17 entidades utilizan cotidianamente la ruta.

Un tren de alta velocidad de pasajeros disminuiría el tránsito al menos de aproximadamente 20 mil unidades por día, con mayores resultados en seguridad.

Por esta y muchas razones más, el tránsito de pasajeros por tren es más que necesaria, pues la utilizarán, según cálculos oficiales, de 35 mil a 50 mil personas por día.

Nadie puede olvidar que en el sexenio de José López Portillo hubo un avance significativo en ese proyecto, pues de hecho adquirieron, como lo señala un reportaje del Heraldo de México del 15 de noviembre del 2020:

“Durante el Gobierno de José López Portillo fueron adquiridas 40 locomotoras valuadas en 500 millones de dólares con la intención de instalar una ruta entre la Ciudad de México y Querétaro. Fue el primer intento y fracasó, según algunos de los involucrados, por actos de corrupción y una mala planeación, además de que, en ese entonces, México no contaba con vías ferroviarias electrificadas y la ruta nunca se materializó más allá de un proyecto.

“Luego, en 1990, el entonces presidente Carlos Salinas de Gortari quiso aprovechar esas compras e inauguró las obras del tren eléctrico; lo acompañaban funcionarios públicos y empresarios de renombre. En ese entonces se proyectó llevar el tren más allá de Querétaro, en principio hasta Irapuato, Guanajuato y, luego, hasta Guadalajara, pero todo se quedó en planes.

“Los transformadores con los que funcionaban aquellas locomotoras, hoy, 30 años después, están almacenados en una bodega de la SCT en la comunidad de El Ahorcado en Querétaro”.

Y no sólo eso: los técnicos japoneses que iban a hacer ese tren rápido hicieron una inspección de las vías colocadas y descubrieron la pésima calidad de los trabajos y de plano cancelaron el proyecto, con un costo muy elevado, un despilfarro de tantos conocidos. López Portillo prefirió cerrar los ojos y nadie fue responsable.

Luego vinieron proyectos de Carlos Salinas de Gortari, sin resultados; de Ernesto Zedillo, ni hablar; de Vicente Fox y Felipe Calderón, gastos millonarios en proyectos ejecutivos y obras a medio construir y nada más.

Y que viene Enrique Peña Nieto, vaya historia. Sin abundar demasiado, el 3 de diciembre de 2014 México paga 16 millones de dólares a China por cancelar licitación del tren México-Querétaro. El gobierno mexicano pagó ese monto a la empresa China Railway Construction como «compensación» por cancelar el proyecto, el 6 de noviembre.

Es decir, casi de un día para otro. Vaya que al gobierno de China no le agrado tal decisión mexicana por causas nunca aclaradas del gobierno de Peña Nieto.

Hay quienes sostienen –entre diversas causas de corrupción en el procedimiento administrativo-  que a Estados Unidos tampoco le agradó tal asignación de la obra a la nación asiática, a saber, lo único es que se fueron 16 millones de dólares sin saber ni qué.

Ahora el presidente Andrés Manuel López Obrador retoma este proyecto básico de la zona central del país, al solicitar la semana anterior a representantes de la “empresa Canadian Pacific Kansas City (CPKC) construir el tren México-Querétaro ante la saturación de la autopista que conecta a dicho estado con la capital del país por el crecimiento industrial que se presenta en el Bajío”.

 

Ya veremos si este gran plan, que será, si se hace,  sin duda transexenal. Se inicia pronto.

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