Por Gabriel Gamar
¡Ah! la vida
cómo darle el valor exacto a todo lo que nos brinda,
cómo hacer a un lado aquello que nos daña
ayudando a que sanen las heridas
que lastiman, que duelen,
pero que al final siempre sanan.
¡Ah! esta vida
inquieta, traviesa, pasajera;
incierta, apasionada,
larga y corta;
dispuesta a darnos todo
con sólo ella desearlo.
¡Ah! qué vida
a veces trágica y obscura
y otras tantas alegre y luminosa;
a veces nube, a veces cielo;
a veces sol, a veces lluvia;
a veces luna, a veces viento.
¡Ah! la vida,
la dulce vida…
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