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Hasta luego, Miguel

Miguel Melchor López Azuara

Quiero iniciar este Muelle 1 en recuerdo de Miguel Melchor López Azuara, quien en su vida tuvo más que detractores, amigos; su estilo fue siempre directo y generoso cuando estaba en sus manos; que a sus hijos y familia los quiso  y al menos hasta sus últimos días siempre tuvo grata compañía. Ocupó muy altas responsabilidades  públicas y  privadas y  fue,  junto con políticos e intelectuales valiosos, copartícipe de  cambios urgentes de la vida democrática y culturan que aún siguen. Hasta la vista Don Mike.

Vaya sorpresa dieron los hackers denominados Guacamayas al revelar informaciones de la Secretaría de la Defensa Nacional y sobre todo porque a casi nadie agrada que les saquen sus trapitos al sol.

Es el caso de WickiLeaks a los Estados Unidos -con sus archivos ultrasecretos del Pentágono- y que ello sí tiene en vilo al hacker Julián Assange preso en Londres y con vistas a ser extraditado a esa nación, que si llega ya no saldrá nunca.

El espionaje en el mundo es tan antiguo como la civilización misma.

Es casi como en donde vive uno, todos saben al menos en qué se trabaja, si hay familia, si no hay, si hubo pleitos, si choca la música del vecino, si viven bien, flacos y gordos.

México no es la excepción en lo que toca a espías entre los sectores público, económico y hasta social.

En el gobierno incluso unos se espían a otros, sea por las ansias de conseguir o mantener el poder o hacia quienes consideran actores que influyen en la toma de decisiones o a quienes consideran un riesgo al estatus.

Recuerdo un abogado muy serio y profesional, que fue egresado del antiguo Centro de Investigación y Seguridad Nacional (Cisen) -ahora es Centro Nacional de Inteligencia (CNI)- .

Narraba el amigo las fuertes tensiones de trabajar  día y de noche en ese centro, clasificar, redactar resumen, anexos en informaciones que se consideraban útiles a los fines de gobierno en diversas materias.

Pues ya en confianza –ya ven como corren los chismes, ah las versiones- le correspondía a él y otro compañero entregar las tarjetas informativas fundamentales al director, en una junta diaria; allí el jefe decía: esta tarjeta a presidencia, defensa, marina; esto a gobernación, no al presidente; esta al presidente, nada más; y así por el estilo y él se preguntaba qué razones para hacer esa selección tan atribulada. Allí las dudas al archivo secreto de su  memoria hasta que tanta presión le hizo despedirse de ese sitio en el que ganaba harta lana.

El mismo Juan Rulfo un tiempo sirvió a la Secretaría de Gobernación allá por los cincuentas o sesentas si no me equivoco y él narraba que cuando hubo cambio de administración todas sus tarjetas de archiveros donde había datos de personas y organismos públicos fueron destruidas y de paso le dieron las gracias.

Ahora las Guacamayas le entraron a los servidores del ejército y hay que imaginar todo lo que de informática, tecnología, cómputo, ciberespacio, hay que saber para tantas incursiones de esas que ponen a los gobiernos en jaque en cuanto a secretos se tienen.

Recordar que hay leyes que regulan a la sociedad y de paso secretos que también regulan a la sociedad.

Así que por tipos de espionaje no paramos.

Atraques:

1.     Lamentable el fallecimiento del poeta David Huerta, siempre amigo y otro gran precursor de la cultura.

2.     Reporta Inegi que acaba la pandemia, el amor y la espera; se disparan 61% los divorcios en 2021. Y vaya que se han disparado, casi 50 por ciento de los asuntos en tribunales del país son de temas familiares.

3.     La gasolina en Estados Unidos está al doble de precio que en la de México y la demanda es creciente, como ahora se vive esta inflación. Ojalá haya equilibrios prontos.

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