Belinda Mimendi
Y de vez en cuando,
se me desatan las letras,
se acomodan en palabras y,
se me vuelven cuento.
Desde pequeña he culpado a los inagotables tinteros de San Martin y Santa Martha,
de ser los responsables de la inspiración no solo mía, sino de todo aquel que los mira.
Y es que llevan a disposición todos los tiempos y ¡se rellenan cada tarde con puestas de Sol!
De algo estoy segura: -nadie regresa igual después de haberlos visto.
-¿serán cuentos chinos? -me pregunto.
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