Por Gabriel Gamar
Busqué un rayo de luz
Que me absolviera de todos mis pecados,
Pasé varios días tratando de encontrarlo.
Lo busqué en los atardeceres,
En los anocheceres
Y en los amaneceres,
Pero fue inútil,
Sólo pude ver la luz del cielo
Y escuché una voz que me decía:
“El rayo de luz que absuelve los pecados
Solamente se aparece
Al cerrar los ojos para siempre”.
Correo: gabriel_gamar@yahoo.com.mx
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